La limpieza es fundamental

Para asegurarte de que funcionen correctamente y no se despeguen a cada instante, es recomendable utilizar ventosas de buena calidad y que tanto éstas como la superficie donde serán adherida estén bien limpias.

Una ventosa sucia con arena, polvo o grasa no se va a adherir, por lo cual siempre debes limpiarla con agua jabonosa y tibia, y luego secarla bien.

Para lavar las ventanas, un método económico y ecológico es usar agua con un poco de vinagre blanco. Además, también proteges a la ventosa del ataque químico de los limpiadores comerciales.

Secretos del sellado

Las ventosas funcionan bien con calor, por lo cual resulta efectivo adherirlas a la ventana en un día soleado, o calentar con un secador de cabello la superficie de la vidrio.

Wild Birds Unlimited recomienda aplicar una fina capa del aceite de la piel en la ventosa, simplemente frotando su interior contra tu rostro. A diferencia de la saliva o el agua, la grasitud de la piel no se evaporará y logrará un buen sellado con el vidrio. El sitio web, también enfatiza en que la calidad de la ventosa hará toda la diferencia: las pequeñas y baratas no pueden compararse con las más grandes, que funcionan mejor.

Consejos

Las ventosas pueden degradarse o deformarse con el tiempo, especialmente si estuvieron expuestas al calor o la intemperie. Por lo cual resulta necesario cambiarlas cuando ya no se adhieran adecuadamente. Para adquirir nuevas ventosas, puedes buscar en ferreterías o tiendas de artesanías. Cada dos meses, revisa las ventosas que tengas aplicadas en ventanas y extrae cualquier burbuja de aire, ten en cuenta que su presencia indica que la ventosa está perdiendo su capacidad de adherencia. Usa sedal para colgar cristales, vitrales o cualquier otro objeto decorativo de las ventosas y crear un efecto artístico en tu ventana.