Por suerte, se puede obtener ayuda financiera de varias fuentes. Además, organizaciones menos formales que las gubernamentales pueden dar una ayuda alternativa, proveyendo un alivio para el estrés y liberando fondos para otros costos.

Aplica por un subsidio del gobierno federal. El gobierno de los Estados Unidos tiene cerca de 900 programas destinados a ayudar a las madres solteras. Están agrupados en tres categorías principales, pero son sólo dos sobre las que se pueden aplicar. A los subsidios federales para individuos se los considera como subsidios para necesidades especiales, que incluyen a los que se dan para vivienda, salud, comida y programas de trabajo. También hay subsidios para la educación que apuntan a que la gente retorne a la escuela. Los ejemplos de la primera categoría incluyen el Programa de Unificación de la Familia, que provee de cupones para la vivienda a aquéllos que están en peligro de perder a sus hijos. Los educacionales incluyen la Aplicación Gratis para el Subsidio de Estudiantes Federales, o FAFSA, lo que te permite pagar por tu educación siempre y cuando mantengas un cierto promedio en las notas. La mayoría de los subsidios son para quiénes son ciudadanos de los Estados Unidos y tienen un número de Seguridad Social válido. Muchos de ellos están diseñados para los que tienen una entrada por debajo de un nivel promedio. Chequea para ver si estás dentro de alguna de estas categorías antes de aplicar por un subsidio federal. Puedes encontrar una lista específica en la página Grants.gov.

Chequea los subsidios estatales o los programas de asistencia. La mayoría de los estados ofrecen asistencia a las madres solteras, similares a los que ofrecen los subsidios federales. La mayoría están basados en oportunidades educacionales. Por ejemplo, la Beca Coplan Donohue para Padres Solteros en Minnesota provee el dinero para que las madres solteras se inscriban en la escuela del estado de Minnesota. Como sucede con los subsidios federales, los estatales también tienen requisitos que se deben cumplir antes de aplicar por ellos. Debes probar que realmente tienes necesidades económicas, que tienes un niño que depende de ti, y que eres residente del estado (lo pruebas con una licencia de conducir o una cuenta de servicios que se mande a tu domicilio). La página del estado en el que vives te dará información sobre los programas que sean apropiados para ti.

Fíjate cuáles son tus opciones para los centros de cuidados de niños de tu iglesia o de la comunidad caritativa. Muchas iglesias tienen estos centros para niños en edad pre-escolar y renunciarán (o por lo menos te reducirán) a la tarifa si eres un feligrés. No solamente te alivia la tensión de los problemas financieros, sino que te libera tiempo para que puedas encontrar un trabajo más rápidamente. También te podrán ayudar con artículos domésticos usados o reciclados, ropa y juguetes sin costo.

Aplica por asistencia con la hipoteca en un banco o cualquier firma de préstamos sólida. Hay créditos disponibles a largo plazo para que puedas quedarte en tu casa mientras crías a tus hijos. Las oficinas de la Vivienda y Desarrollo Urbano también ofrece programas para ayudarte con los costos de tu casa y la Administración Federal de la Vivienda tiene hipotecas con interés ajustable para garantizar tu crédito si no calificas para otra forma de asistencia.

Fíjate en el seguro médico o algún programa similar al "niños sanos" para obtener ayuda con las facturas médicas. La mayoría de los estados tienen un programa de niños sanos que apunta a las personas que tienen sueldos bajos (aunque pocos de estos planes son para madres solteras solamente) y el Departamento de Salud y Servicios Humanos federal tiene un programa de Seguro de Salud para Niños que es financiado por el gobierno federal y estatal en conjunto. Las familias que califican pueden diferir muchos gastos médicos, haciendo que sus niños reciban un buen cuidado sin agregar a su lista de gastos los del médico. Como con los otros programas, para aplicar para este programa debes ser ciudadana de Estados Unidos y probar que estás realmnete necesitada de ayuda.

Piensa en forma creativa para recibir la ayuda que no es necesariamente económica. Por ejemplo, muchos de los centros de cuidado para niños no tienen suficiente personal y puede ser que necesiten gente que haga los trabajos administrativos o que se haga cargo de la recepción por unas horas. Puedes ofrecerte para esas posiciones a cambio de que te reduzcan, o no te cobren, la tarifa, intercambia tu tiempo en cambio de sumar gastos. O puedes contratar a un adolescente local o a un niño más grande para que haga las tareas del hogar a cambio de un plato de brownies. Pequeños pasos como esos te pueden ayudar a que encuentres la salida a los problemas.