Las semillas de las orquídeas

Orquídeas epifíticas en su hábitat natural.

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Las semillas de las orquídeas no son como las semillas de otras plantas. No se pueden plantar directamente en la tierra como lo harías con otras. En la naturaleza tienen bajas probabilidades de crecer y producir plantas; cada vaina tiene una enorme cantidad de semillas microscópicas. Una vaina puede contener entre 400.000 y 1 millón de semillas. Hacer 1 millón de semillas les permite a las orquídeas tener la posibilidad de continuar la línea, aunque solamente una o dos docenas de ellas darán plantas que llegarán a adultas. Es sorprendente lo quisquillosas que son estas semillas, considerando la diversidad y adaptabilidad mostrada en otras áreas dentro de la familia de las Orchidaceae. La mayoría de las orquídeas que se venden las han propagado y crecido en condiciones estériles de laboratorios con los equipos apropiados.

La flor de la orquídea en botánica

Una orquídea cymbidium se cultiva para cortarla y para poder disfrutar de ella como una planta enmacetada.

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Las orquídeas tienen varios atributos únicos que hacen de ellas lo que son. Tienen partes tanto femeninas (pistilos) como masculinas (estambres) que se fusionan en una columna. El polen de la orquídea no vuela con el viento, sino que está dentro de pequeños sacos llamados pollenia. Estos sacos deben ser llevados de una a otra flor con el suficiente contoneo; una vez que está en la nueva flor se debe adherir a la columna. Al atraer al vehículo apropiado, sea un bicho, pájaro o murciélago, se han producido algunas fascinantes adaptaciones es estas flores. Por ejemplo, las orquídeas slipper que necesitan atraer a las hormigas para poder polinizarse han desarrollado sus pétalos laterales tan largos que pueden tocar el suelo para que estos insectos los usen como escaleras para llegar a la flor. Las orquídeas que necesitan atraer a las moscas para polinizar tienen el olor a carne podrida. Algunas tienen aromas atractivos, particularmente si el polinizador es activo por la noche, para que la pueda encontrar fácilmente.

Haciendo semillas de orquídeas

Las caras blancas de la phalaenopsis reflejan la luz de la luna para que las polillas que polinizan las vean.

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La pollenia puede ser transportada por un portador en la naturaleza o por las pinzas en un laboratorio. Una vez que la pollenia ha encontrado el camino para llegar al pistilo, las flores de la orquídea se caerán. Los ovarios se hincharán y se convertirán en la vaina. A las semillas les tomará entre 5 a 10 meses madurar. A medida que la vaina se acerca a la madurez comenzará a cambiar de color, poniéndose amarilla. Muy poco después de que tome ese color, se partirá y liberará a las semillas. En la naturaleza, estas semillas no vivirán mucho a no ser que hayan caído en el lugar adecuado porque no tienen reservas alimenticias como las tienen casi todas las otras semillas. Las semillas tienen que caer en el lugar justo, no tiene que estar demasiado húmedo, ni demasiado seco, ni ser demasiado alcalino ni demasiado ácido, y en el suelo debe estar presente un cierto hongo. Este hongo tiene una red de hilos de micelio que lleva el agua y que ofrece nutrientes a las pequeños plantines a cambio de azúcar que se crea en las hojas durante la fotosíntesis.

Frascos de semillas de orquídeas

Un paphiopedilum tropical o lady slipper en floración.

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Los cultivadores comerciales de orquídeas se deben asegurar de que obtienen más de una o dos docenas de plantas luego del esfuerzo que pusieron en la hibridación para tener una ganancia. Esta es la razón por la que las vainas de las orquídeas son esterilizadas con una gelatina de crecimiento con una base de agar dentro de un frasco esterilizado. Toda esta cuidadosa preparación, manejo y gran esfuerzo para mantener a las bacterias, el moho y los virus alejados resulta en más plantas sanas y que puedan llegar a la madurez. Los frascos se ponen debajo de luces que animan su crecimiento. Las manchas de semillas diminutas en la gelatina se convertirán en diminutos plantines llamados protocormos en unos seis meses. Deben pasar otros 20 meses para que los plantines estén lo suficientemente maduros como para sacarlos de los frascos y plantarlos en macetas comunales como un grupo o en macetas muy pequeñas en forma individual.

De semilla a orquídea completa

La orquídea oncidium creciendo afuera en condiciones tropicales.

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Llegado a este punto, las tiernas plantas jóvenes son susceptibles de que casi cualquier cosa les ocurra fuera de su zona de comodidad. Es importante evitar que se sequen demasiado o que estén demasiado húmedas. No pueden tolerar mucho frío o mucho calor. Los plantines van a poner todo su esfuerzo en que les crezca un sistema de raíces decente. Una vez que lo hayan logrado, son menos frágiles y los puedes regar normalmente, introduciendo alimentos. Porque están creciendo como niños en este estadío, pronto vas a tener que transplantarlas a macetas un poco más grandes, lo que ocurrirá desde los 6 a los 12 meses. Vuelve a transplantarlas otra vez al año, aumentando el tamaño de la maceta en una pulgada (2,5 cm) o menos cada vez que lo hagas. Dependiendo del tipo de orquídeas, maduran y dan flores de 3 a 5 años después de haberlas sacado del frasco.

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