Step 1

Primero dale forma a tus uñas. Utilizando una lima de cartón o de vidrio lima sólo en una dirección para ayudar a prevenir las quebraduras. La vibración de la lima fortalece las uñas. Una forma cuadrada con un borde redondo hace que tus uñas sean más resistentes a las quebraduras.

Step 2

Pule tus uñas después de haberles dado forma utilizando una pulidora en lugar de una lima, para evitar dañar su superficie. Pule la uña entera y no solo los bordes con un movimiento rápido y firme moviendo la pulidora en una sola dirección como lo harías con la lima, para asegurarte de que la uña no se sobrecaliente. Si no tienes un pulidor a mano o no quieres comprar uno, puedes envolver una pieza de una franela suave sobre una lima de uñas como una alternativa. También puedes utilizar una pasta pulidora para joyas sobre el pulidor para agregar un poco más de brillo.

Step 3

Retira cualquier residuo de esmalte que pueda haber sobre tus uñas al frotarlas con la mitad de un limón. Esto ayudará a deshacerte de cualquier mancha sobre tus uñas. Sumerge tus manos y uñas en un tazón de aceite tibio y cubre tus uñas y cutículas. Los aceites populares para utilizar son aceite de aguacate, de oliva o de almendra. Para consentirte en realidad agrega unas cuántas gotas de aceite esencial de lavanda en el tazón. Lava tus manos con agua del grifo una vez hayas que aplicado el aceite o límpialo con un trapo suave y húmedo. Para un tratamiento rápido y diario entre manicuras puedes masajear aceite sobre tus uñas para mantener un brillo natural. Las manicuras completas deben hacerse cada par de semanas.