Las ventajas del imperialismo histórico

El imperialismo histórico dio lugar a la reestructuración política de Europa.

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Si bien en los últimos tiempos el imperialismo sugiere una política internacional de confrontación, históricamente, el término identificaba naciones cuyo objetivo involucraba la expansión colonial para civilizar sociedades menos avanzadas y sacar provecho de las tierras y recursos disponibles. Las ventajas de éste en las civilizaciones históricas, generalmente se refieren al estado gobernante dominador, y los beneficios económicos y morales para las provincias y los territorios subyugados, eran relativamente pequeños. Sin embargo, el imperialismo europeo determinó la forma de las fronteras y la política moderna.

Imperialismo romano

Augusto gobernó como cónsul romano en el siglo I D.C.

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A comienzos del siglo I, Roma controló un imperio con aproximadamente 60 millones de habitantes en las provincias, extendiéndose hasta España, la Mesopotamia y Egipto. Con la riqueza adquirida gracias a su poder, el emperador Augusto distribuyó raciones de comida a ciudadanos romanos empobrecidos e instituyó programas de trabajo público, que crearon miles de empleos. Roma disfrutó de un período de relativa paz conocido como "Pax Romana", que se prolongó hasta bien entrada la segunda mitad del siglo III. Los comerciantes usaban las rutas para transportar sus productos a distancias más extensas y muchas provincias se gobernaron a sí mismas bajo la supervisión de gobernadores romanos.

Imperialismo español

La monarquía española apoyó las exploraciones de Colón a través del Océano Atlántico.

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En 1469, el matrimonio de Fernando de Aragón con Isabel de Castilla unificó a España y permitió al país convertirse en uno de los reinos más poderosos de Europa. Después de que los monarcas expulsaron a los moros de su territorio, acordaron apoyar las exploraciones de Cristóbal Colón. A pesar de la controversia acerca de éstas a las Américas, los viajes del conquistador abrieron la puerta a una mayor exploración europea de los continentes occidentales. El descubrimiento de nuevas tierras que tenían vastos recursos, proporcionaron ventajas ilimitadas a los reinos europeos.

Imperialismo británico

Los descendientes de la Reina Victoria se casaron con casi todas las familias reales europeas.

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Obligado por la competencia a expandirse al este, los británicos establecieron centros comerciales en la India para finales del siglo XVII. Los asentamientos que establecieron les dieron acceso a tintes, especias y textiles, artículos que los europeos consideraban lujos costosos. Durante la era victoriana, la política de imperialismo de Inglaterra marcó el comienzo de un período de gran poder y riqueza. Además de los beneficios económicos, una de las mayores ventajas de los territorios adquiridos, incluyó el excedente de tierras agrícolas del imperio, necesarias para mantener su población en aumento.

Imperialismo norteamericano

El imperialismo norteamericano comenzó con la adquisición del territorio de Luisiana por  Thomas Jefferson.

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Durante los siglos XIX y XX, los Estados Unidos siguieron el ejemplo europeo y establecieron una política de expansión a través del mundo. Norteamérica pronto se convirtió en una potencia mundial importante, aunque si bien el imperialismo norteamericano beneficia a sus posesiones en el extranjero, este punto puede ser relativamente discutible. En un artículo de 2003, Max Boot de Estudios de Seguridad Nacional, argumenta que éste ha hecho un bien mayor al derrotar al comunismo y a otros gobiernos opresivos o corruptos estableciendo, en su lugar, instituciones liberales.

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