¿Qué tipo de persianas puedes limpiar?

No todas las persianas son manufacturadas de la misma forma. Si bien todas ellas se ensucian igual, no todas permiten que se les aplique el mismo método de limpieza. La mezcla de detergente Dawn azul y vinagre se puede utilizar para limpiar persianas de metal, vinilo y plástico. Esta solución no debe utilizarse en madera, laminado de imitación madera o tela. Estas persianas exigen el mínimo de humedad para poder conservarse, por lo que se pueden dañar si se limpian con líquidos de cualquier clase.

¿Por qué esto funciona?

La mezcla de Dawn azul y vinagre funciona bien en la limpieza de las persianas, porque ambos productos tienen excelentes capacidades a la hora de cortar la grasa. Si tus persianas estaban colgadas en la cocina, esta técnica será especialmente valiosa y eficaz. La mezcla de Dawn azul y vinagre también elimina las acumulaciones de suciedad y las manchas difíciles, lo que la hace ideal para la limpieza de las persianas muy sucias que llevan tiempo sin limpiarse. Ambos productos son detergentes suaves que no las dañarán en el proceso de limpieza.

¿Cómo lavarlas?

Ten en cuenta que es más fácil lavar las persianas cuando no están puestas en la ventana. Comienza girando los listones a la posición "abierta" antes de quitar la persiana. Coloca un par de toallas grandes en la bañera para evitar que la superficie se raye durante la limpieza y pon las persianas encima. Conecta el tapón del desagüe y comienza a llenar la bañera con agua caliente. Añade 1 taza de vinagre blanco y 1 cucharadita de Dawn azul mientras el agua corre. Deja que la bañera se llene de agua de modo que las persianas queden sumergidas.

Deja las persianas en remojo durante unos 30 minutos. Limpia cada listón con un trapo y la solución de vinagre y jabón dentro de la bañera. Escurre el agua y enjuaga a fondo en la ducha.

¿Cómo secarlas?

Deja las persianas sobre la bañera por un par de minutos para que escurra el exceso de agua. A continuación, ponlas de modo que queden planas sobre unas toallas para que comiencen a secar. Déjalas ahí durante unos 30 minutos. Pasado este tiempo, llévalas afuera y los cuélgalas sobre una baranda, cerca o tendedero para acabar de secarlas. Puedes volver a ponerlas de nuevo en las ventanas mientras están ligeramente húmedas, pero nunca cuando estén mojadas.