Cómo curtir un cuero de vaca

Los cazadores, o los criadores de animales como vacas, conejos, ovejas y llamas tienen una maravillosa oportunidad de preservar pieles, curtiéndolas. Esta es una actividad perfecta para quienes tienen un poco de tiempo y para quienes les gusta la apariencia de un hermoso y suave cuero curtido colgando de sus paredes o decorando la habitación de huéspedes. Curtir una piel no es tan difícil como se cree y una vez que lo hagas y te acostumbres al procedimiento, verás lo fácil que realmente es y querrás curtir pieles tan a menudo como te sea posible. El artículo a continuación, describe las instrucciones de cómo curtir un cuero de vaca de una forma relativamente antigua. Existen otros métodos más fáciles y aunque te tomará un poco más de tiempo lograr el producto final, este es el método más económico.

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Prepara el cuero de vaca. Esto se hace raspando todo el exceso de grasa, músculo y carne con un cuchillo sin filo o una espátula. El tiempo que se utiliza en esta tarea es tanto como grande es el cuero, pero vale la pena el esfuerzo. Podrías pedirle a un amigo que te ayude en este paso.

Sala el cuero. Salar el cuero es necesario para preservarlo de que se eche a perder. Colócalo al calor y a la luz directa del sol; y si utilizas un cobertizo para el proceso de salado te será muy conveniente. Coloca el cuero con el pelaje hacia abajo y la carne hacia arriba. Cubre la carne completamente con sal. Se requiere cerca de una libra de sal por cada libra de cuero, por lo tanto, compra sal suficiente para completar la tarea. Cubre con sal incluso las partes más pequeñas del cuero.

Cura el cuero. Puedes dejar tu cuero curándose en el cobertizo por dos semanas o más. Deja que el líquido resultante se drene desde el pelaje hacia el piso, tal vez, puedas inclinar ligeramente la mesa para facilitar el drenaje.

Lava el cuero de vaca en una tina con agua limpia y fría, cambiando el agua varias veces para retirar la sal. El cuero puede entonces ser remojado por unas pocas horas hasta que se suavice.

Retira el cuero de la tina y colócalo en un tablón limpio. Puedes necesitar ayuda para esta tarea ya que el cuero podría ser pesado e incómodo al sacar de la tina. Comienza raspando todos los remanentes de carne y grasa y los trozos tendinosos que quedaron.

Prepara la solución de alumbre. Asegúrate de preparar suficiente para remojar el cuero entero. Tu pieza debería estar en remojo alrededor de dos semanas o más si es posible. Luego de dos semanas, retuércelo con cuidado para quitar el exceso y enjuágalo bajo el agua limpia. Retira tambíen el exceso de agua.

Trabaja con jabón para cuero o aceite de visón para reemplazar los aceites perdidos durante el proceso de curado y remojado. Sigue aplicando los aceites hasta que el cuero esté suave, flexible y ligeramente maleable; nunca duro. Una vez que estés satisfecho con el producto final, cuélgalo, decora o utilízalo como desees.

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