Adolescentes con coeficiente alto y problemas de conducta

Si la clase no es un reto, un adolescente dotado puede aburrirse.

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La escuela secundaria puede ser un tiempo lleno de angustia y desafíos para muchos adolescentes que están tratando de averiguar quiénes son y dónde encajar. Los adolescentes con coeficiente intelectual elevado, a menudo identificados como "dotados", pueden enfrentar desafíos adicionales, tales como aburrimiento en el salón de clases, sentimientos de inseguridad debido a que sus compañeros los ven como "diferente" y presión adicional del hogar y la escuela por sobresalir académicamente.

Medición de coeficiente

El IQ o coeficiente intelectual, se determina generalmente a través de una serie de pruebas que miden la inteligencia o la capacidad de habilidades en relación con sus pares, explica Medline Plus. Estas pruebas pueden ser objeto de controversia, ya que no miden el potencial o talento de un individuo y los resultados pueden estar sesgados culturalmente. Con IQ promedio que van desde 90 hasta 110, cualquier coeficiente por encima de 130 es generalmente identificado como alto o superdotado.

Presión

Los adolescentes superdotados a menudo se encuentran en una "olla a presión" por las expectativas. Por un lado, los padres y los maestros pueden esperar que sobresalgan en sus estudios, tal vez ellos celebran un estándar más alto que sus compañeros. Sus compañeros, en cambio, los presionan para cumplir, encajar y no ser diferentes. Este conflicto a veces puede resultar en mal comportamiento en la escuela o en casa por parte del adolescente superdotado, pérdida de interés en la escuela o distancia de los amigos y las actividades.

Actitud hacia el logro

Los adolescentes superdotados suelen sentir una enorme presión por satisfacer a otros, dice Psychology Today en "los adultos de gran éxito". La carga adicional que esto representa para un adolescente puede llevar a sentimientos de ansiedad, angustia, e incluso al fracaso. A menudo, señala Psychology Today (Psicología Hoy), los adolescentes superdotados se someten a más presión que la que inculcan sus padres o maestros, incluso castigándose a sí mismos cuando tienen una mala calificación, lo que puede conducir a ansiedad y depresión. Además, el exceso de presión durante la adolescencia puede resultar en enfermedades, tanto mentales como físicas, provocadas por el estrés.

Desafíos sociales y clínicos

Un alto coeficiente intelectual no proporciona inmunidad a los desafíos sociales o clínicos, que a veces van de la mano, como en el caso de los adolescentes superdotados que también tienen condiciones tales como atención con hiperactividad (TDAH) o del trastorno autista como el síndrome de Asperger. Cuando un joven tiene habilidades sociales débiles o inmaduras, explica Psychology Today (Psicología Hoy), puede necesitar ayuda estratégica para hacer frente a la escuela, tanto académica como socialmente. La intervención puede ser especialmente importante para los adolescentes superdotados que sufren de TDAH. A pesar de la ventaja de un mayor coeficiente intelectual, señala el Instituto Nacional de la Salud, los adolescentes superdotados parecen tener el mismo riesgo que los adolescentes con coeficientes intelectuales más bajos en cuanto al abuso de sustancias y el abandono escolar.

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