Busca marcas en el oro. Las leyes estadounidenses decretan que el oro verdadero debe tener marcas tales como "10K", "14K", "18K" o "24K", de esa forma se conoce que es puro. No obstante, puede que esas marcas no estén si la cadena se adquiere fuera de los Estados Unidos.

Pídele ayuda a un joyero; él podrá examinar el metal y determinar si es auténtico. La mayoría no suele cobrar por este servicio.

Observa con una lupa el broche de la cadena. Muchas veces el baño de oro no se adhiere correctamente a los pequeños anillos en forma de "O" que mantienen la cadena unida al broche. A veces se puede apreciar a simple vista un oscurecimiento en esta zona. Si esta parte se torna verde o negra, entonces la cadena no es de oro auténtico.

Usa la cadena por un tiempo; si te deja una marca verde en la piel es una imitación. Tampoco es auténtica si la química corporal hace que la cadena dorada se vuelva marrón, verde o negra.

Toca la cadena. El oro es suave y mientras más puro sea más suave será. Por el contrario, el oro falso suele estar incrustado en metales más duros que no se estiran, doblan o abollan con facilidad. Los comerciantes aún verifican la autenticidad de las monedas de oro mordiéndolas, tal como se hacía antiguamente. Si no se abollan es probable que sean falsas.

Limpia la cadena. No se puede limpiar bien el oro falso, le quedarán marcas o seguirá luciendo sucio. Incluso podría ponerse verde, marrón o negro si se usan limpiadores de joya fuertes.