Los recién nacidos tienen estómagos muy pequeños, por lo que necesitan alimentarse de a poco y frecuentemente. Debido a su tamaño y fisiología poco desarrollada, los bebés pueden entrar en un comportamiento llamado alimentación a demanda, un comportamiento que recibe su nombre debido a que describe la frecuencia de sus alimentaciones. La alimentación a demanda puede servir a un propósito importante: ayudar a un bebé a asentarse en un sueño más largo y profundo.

Mira a tu bebé en busca de indicadores de hambre. Puede que se ponga más alerta, se mueva y sacuda, haga sonidos de succión y movimientos y proteste.

Responde rápidamente cuando tu bebé muestre signos de hambre y aliméntalo hasta que pare.

Continúa intentando cuidar y tranquilizar al bebé cuando lo estés alimentando. Un bebé que está entrando en un período de alimentación a demanda, llora y hace escándalo repetidamente para alimentarse, ya que querrá comenzar a alimentarse nuevamente casi inmediatamente después de que deje de hacerlo. Puede que quieras intentar caminar con tu bebé para hacerlo eructar brevemente entre períodos de alimentación.

Sigue las señales de tu bebé para alimentarlo, ofreciendo el pecho tan frecuentemente como el bebé llore para alimentarse. Puede que tu bebé se alimente por unos pocos minutos a la vez entre el período de siesta para comenzar a llorar y hacer escándalo nuevamente.

Acuesta a tu bebé para que se duerma cuando finalmente quiera parar de alimentarse a demanda. Sabrás cuando el bebé haya acabado porque finalmente dormirá profundamente y dejará de despertarse cada pocos minutos para alimentarse.