Cómo calmar a un niño que grita

Consolar a un niño que grita puede ayudarlo a calmarse.

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Los sonidos molestos de un niño gritando pueden ocasionar a los padres ansiedad y alterar el ambiente a su alrededor . Gritar es un método de comunicación para los niños pre-verbales. Puede referirse a la incomodidad, el dolor, u otra necesidad que el niño no puede expresar de otra manera. Cuando los gritos del niño se deben a la frustración, los padres pueden responder aliviando el malestar del niño. En ocasiones, los niños pueden gritar porque sienten la necesidad de imponerse. Comprender por qué un niño grita, y cómo ayudar a calmarlo, puede acortar el tiempo que dura una rabieta.

Muestra empatía con el niño. Si tiene hambre, está aburrido o cansado, es más probable que tenga una crisis, según el sitio web AskDrSears.com. Cuando los niños pequeños experimentan una interrupción en su rutina diaria, una actividad familiar o un nuevo lugar, pueden hacer una rabieta. El hacer una planificación de un programa diario coherente que incluya siestas y bocadillos o juguetes pequeños en salidas puede mantener a los pequeños ocupados.

Ayuda a tu niño a aprender las palabras para expresar grandes sentimientos. Los niños que están aprendiendo a hablar pueden tener dificultades para formar palabras que expresan sus emociones, según KidsHealth. Cuando los adultos son capaces de preguntar con calma los sentimientos de un niño, el niño aprende las palabras que puede utilizar la próxima vez que se molesta

Si tu niño está gritando, llévalo a un entorno tranquilo. La sobreestimulación puede causar una sobrecarga sensorial, que, a su vez, puede conducir a una rabieta. Aunque la os padres les pueda resultar inconveniente sacar a su hijo gritando de un supermercado lleno de gente, lo que finalmente le enseña al niño es que los gritos fuertes en público son inaceptables, dice AskDrSears.com. Los padres pueden optar por sentarse en silencio en el coche hasta que el niño esté tranquilo o posponer mandados a un momento posterior.

Quédate cerca. Los niños que gritan están fuera de control, pero tienen que entender que sus padres están en control y, lo más importante, que los aman a pesar de su comportamiento. Dar un abrazo o toque reconfortante puede ayudar a calmar a un niño, aunque algunos niños sólo tiene que tener a sus padres cerca, mientras se desahogan, según el sitio web KidsHealth.

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