Puedes sentirte sobrecargado y enojado a veces, a pesar de que estás haciendo todo lo posible para ayudar. Se necesita una enorme energía y fuerza de tu parte. Pero la gente que recibe el cuidado pasa por las mismas dificultades, sabiendo que tus luchas son necesarias para satisfacer sus necesidades.

Desarrolla un fuerte sistema de apoyo. Para aliviarte a ti mismo de las muchas tareas que tienes que hacer, ten amigos y familiares disponibles para compartir el cuidado. Mantente en contacto cercano con los asistentes de cuidado de la salud que también pueden estar implicados.

Organiza toda la atención médica necesaria. Esto incluye establecer o controlar las visitas programadas al médico o al hospital. Ayuda a la persona con los medicamentos que se deben tomar de forma regular. Evita la posibilidad de sobredosis o dosis faltantes de la medicina. Los pastilleros son una buena manera de ordenar adecuadamente los medicamentos de acuerdo a los días de la semana. Mantente informado acerca de los medicamentos que la persona está tomando a través de la comunicación con el médico tratante.

Mantén la mente y el cuerpo de tu ser querido activos para ayudar a prevenir la depresión y la desesperanza que puede afectar a cualquier persona con una discapacidad. La buena nutrición y el ejercicio juegan un papel clave en la mejora de la fuerza y ​​los estados de ánimo. Los alimentos nutritivos deben estar siempre disponibles en el hogar, y deben mantenerse frescos y actualizados para que no se vuelvan peligrosos. Cualquier actividad física, por supuesto, tendrá que hacerse sobre la base de las capacidades de la persona.

Protege a tu ser querido de los peligros del hogar. Asegúrate de que la casa es segura. Esto puede incluir la eliminación de alfombras que pueden causar resbalones, la instalación de pasamanos en el baño o en las paredes de todos los cuartos, y asegurar que las habitaciones están libres de residuos o cualquier otra cosa que se relacione con la discapacidad de la persona.

Toma el control de ti mismo. Como una persona que cuida a un ser querido discapacitado, debes recordar tus capacidades y límites. Toma descansos regulares con la ayuda de un familiar o alguien cercano para evitar sentirte frustrado o tener un sentimiento de impotencia.

Trata de hacer que la persona con discapacidad se sienta lo más independiente posible. Permite que tu ser querido realice tantas tareas como pueda sin tu ayuda.