Cómo lidiar con una mala influencia para tu hijo

Alaba a tu hijo por establecer un buen ejemplo.

Legs of teenagers. image by wrangler from Fotolia.com

Los padres usualmente ayudan a determinar las primeras amistades de un niño a través de la experiencia en el preescolar y las citas de juegos. A medida que el niño crece, perderás este control. Si tu hijo escoge amigos que te dan escalofríos, no entres en pánico. En su lugar, enseña a tu hijo estrategias para hacer buenas elecciones y evitar la presión negativa de sus pares. Mantén las líneas de comunicación abierta y la confianza en que tu hijo sabrá cómo actuar. No tomes medidas drásticas, como prohibirle sus amigos a tu hijo, a menos que el problema sea realmente grave. Los chicos se toman sus relaciones muy en serio, y cualquier crítica abierta será posiblemente tomada de forma personal.

Habla con tu hijo sobre lo que significa escoger buenos amigos. Discute la idea de que puede ser amigable con todos, pero debe escoger a los amigos cercanos con cuidado, porque ellos pueden influenciar sus elecciones, comportamiento e incluso su futuro. Ayuda a tu hijo a comprender que no debe pasar tiempo con chicos que lo animen a hacer cosas equivocadas. Si el niño es más bien pequeño, esto significa robar, ser malo con otros chicos, faltarle el respeto a los maestros o mentir. Si tu hijo es mayor, los comportamientos negativos incluyen todos los anteriores y además fumar, beber, ver pornografía, hacer uso de drogas e involucrarse en actividades sexuales.

Enseña a tu hijo a poder decir que no ante la presión de los pares. Háblale de escenarios que se pueden presentar y ayúdalo a escoger un plan de acción. Por ejemplo, establece límites sobre el tipo de películas y medios que tu hijo puede ver. Si un amigo le dice de ver una película inapropiada, háblale sobre varias opciones, como proponer una película o una actividad distinta. Enseña a tu hijo a confiar en su intuición. Si la circunstancia no se siente bien, puede decir "no me siento bien" y llamar a casa. Prométele ir a buscarlo de inmediato, sin hacer preguntas.

Invita al amigo de tu hijo a jugar o pasar el rato a tu casa. Planifica una actividad estructurada, como una cena familiar o mirar una película juntos. Habla con el niño e intenta conocerlo mejor. Al mismo tiempo, busca oportunidades para conocer a sus padres. Siéntate junto a ellos en un partido de fútbol o charla en las reuniones de la escuela. A través de esas experiencias, podrás decidir si tu juicio inicial fue incorrecto. O bien descubrirás que tu primera impresión fue acertada. De cualquier manera, obtendrás información valiosa.

Analiza qué es lo que no te gusta. Algunas "malas influencias" pueden no ser tan malas, como el niño que es el bufón de la clase o que simplemente tiene dificultades para socializar. Estos niños probablemente tengan buenas cualidades bajo sus complicados exteriores. Cuanto más los conozcas, más apreciarás esas cualidades. Un chico rebelde, malo o arrogante, por otra parte, enciende una alarma legítima. Un niño que te contesta a ti o a los maestros, se involucra en comportamientos peligrosos o ilegales, o es intencionalmente cruel con sus compañeros o con animales, debe ser evitado.

Expresa tus preocupaciones a tu hijo sin emitir juicio. Puedes decirle algo como "Noté que Daniel le habla con bastante rudeza a su mamá. ¿Por qué lo hace? ¿Qué piensas tú de eso?". Escucha la respuesta de tu hijo. Al mismo tiempo, haz comentarios positivos sobre amigos que apruebes. Puedes intentar algo como "Me encanta la forma en que Oliver te habla. Nunca te interrumpe y siempre parece escucharte". Esta táctica ayuda a tu hijo a comprender las cualidades valiosas en un amigo, sin realizar un ataque en forma directa.

Fomenta que tu hijo haga otros amigos. Ayuda al chico a ingresar en un club o equipo deportivo, en base a sus intereses. Esto tiene dos fines. Primero, si el niño está felizmente involucrado en una actividad divertida, tendrá menos tiempo para pasar con la mala influencia. Además, es más probable que haga nuevos amigos si se une a un grupo de chicos con intereses y personalidades similares.

Establece límites. Antes de una cita de juegos, habla con tu hijo acerca de los comportamientos que te molestan. Por ejemplo, si tu hijo usa lenguaje inapropiado, dile algo como "Daniel no debe usar ese lenguaje cuando está contigo. ¿Quieres que yo hable con él o tú te encargarás del asunto?".

Toma acciones decisivas. Si has intentado suavemente hacer que tu hijo escoja mejores amigos, pero sin éxito, es hora de ser más directo. Habla con tu hijo acerca de tus preocupaciones y sé específico respecto de lo que te preocupa. Dile algo como "Sé que realmente te gusta Sara, pero me preocupa su comportamiento. Noté que usa muchas palabrotas y que es provocativa con los chicos. Cuando te veo adquiriendo algunos de esos hábitos, me preocupa. Me gustaría limitar la cantidad de tiempo que pasas con ella. Te amo y quiero poder confiar en ti pero estoy preocupada por tu amistad con Sara. ¿Qué podemos hacer al respecto?".

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