Step 1

Cuelgua arte en la pared. Este es el enfoque más tradicional, aunque eso no significa que tenga que ser aburrido. Colgar imágenes o cuadros siempre funciona bien, pero también puedes considerar otras opciones. Utiliza la pared como un lugar para mirar. Coloca estantes en donde mostrar colecciones de los objetos deportivos de tu interés, conchas de mar, muñecos, relojes, sellos, hojas secas o monedas. También puedes convertir el muro en una galería de arte y colgar piezas metálicas, baldosas decorativas, madera flotante o incluso tus propias esculturas y fotografías. Otra idea divertida es colgar carteles enmarcados de tus películas favoritas.

Step 2

Haz una ventana falsa. Esta decoración es única y creativa ya que no sólo es llamativa sino que también puede ser un punto para generar una conversación. Comienza haciendo una ventana de estilo clásico: pinta o tiñe el marco, lija para quitar la pintura vieja o diseños tallados en ella. Luego cubre los paneles pegándoles fotos, espejos, azulejos, papeles de regalo o lo que sea que te guste. También puedes cubrir el vidrio o plantilla con diseños de todo tipo. Una vez hecho esto, coloca los ganchos a la ventana, cuélgala en la pared, y así, una pared de ladrillo simple quedará bien vestida.

Step 3

owl painting image by charles taylor from Fotolia.com

Pinta un mural. Quizás no sepas exactamente cómo pintar la pared de ladrillos, pero se puede hacer fácilmente y con buenos resultados. Un beneficio adicional para la pared es la textura que se añade gracias a la aspereza natural del ladrillo, otorgando profundidad al mural que pintes en la pared. Puedes pintar un horizonte de una ciudad, una escena de playa o un campo, un paisaje marino bajo el agua con peces y corales o lo que sea se te antoje. Contrata a un artista local para pintar tu mural por ti o bien compra el equipo para hacerlo tú mismo.