Cómo los factores externos influyen en el desarrollo infantil

Tanto los factores internos y externos tienen una profunda influencia en los procesos de desarrollo de un niño.

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La influencia de los factores ambientales externos en el desarrollo social, mental y físico de los niños es importante. Según la Organización Mundial de la Salud, las experiencias de la infancia tienen consecuencias de por vida en términos de salud, educación y estatus económico. En muchas partes del mundo, los niños sufren privaciones que los colocan en situación de desventaja, lo que socava sus posibilidades de un futuro mejor.

Las influencias socio-económicas

La riqueza o la pobreza de la familia de un niño puede tener un efecto dramático en todos los aspectos de su desarrollo. Los niños en los países desarrollados tiene acceso a agua potable, alimentos frescos y suelen participar cívicamente. Las regiones más pobres del mundo están siendo devastadas por las enfermedades que ya han sido erradicadas en los países desarrollados. El nivel socio-económico es sin duda el mayor factor externo en el desarrollo del niño, ya que determina otras oportunidades, como el acceso a la educación.

La nutrición

Una nutrición apropiada permite un crecimiento adecuado durante los años de desarrollo de un niño. El cerebro, en particular, se basa en la alimentación regular para alcanzar su máximo potencial. Los hábitos alimenticios también reducen el riesgo de enfermedades graves y deficiencias vitamínicas; un problema serio en el mundo en desarrollo. La desnutrición provoca retrasos en el crecimiento y un mayor riesgo de mortalidad temprana. Si se corrige a tiempo, la desnutrición puede ser totalmente superada.

La familia y la sociedad

Una familia dedicada y de apoyo puede en gran medida superar las desventajas socio-económicas. Los padres o tutores pueden dirigir el curso del desarrollo de un niño de tres maneras: su nutrición, estimulación y modelo de comportamiento. Los apegos a sus amigos, miembros de familia y otros niños también tienen un impacto en el desarrollo social de un niño. La interacción social construye habilidades que no se pueden enseñar. Mientras que las interacciones negativas a una edad temprana pueden tener consecuencias graves, la evidencia sugiere que las experiencias positivas en el futuro pueden potencialmente mitigar los problemas anteriores.

La formación académica

La educación va más allá de la escuela tradicional. De hecho, los tres primeros años de vida son posiblemente los más importantes en el desarrollo del cerebro de un niño. Durante este tiempo, la estimulación y la interacción con los padres y otros niños es esencial. Los niños pequeños necesitan un ambiente rico en el cual puedan interactuar y explorar. La participación activa de todos sus sentidos estimula las células cerebrales y su crecimiento. Un niño pequeño puede aprender a través del sentido del tacto, y si se le niegan las fuentes de estimulación, su crecimiento mental se estancará.

Ambiente político

Los disturbios civiles infunden miedo en los niños y menoscaba sus posibilidades de salud y felicidad.

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Incluso con una nutrición adecuada y educación, un entorno político inestable puede obstaculizar el desarrollo de un niño. La guerra y sus amenazas crea un estrés psico-social dentro de una población, que los niños experimentan, pero tal vez no entiendan completamente. Los conflictos también desestabilizan la vida cotidiana y la infraestructura. Las bombas y los disparos causan trastornos, estrés post-traumático y un sentido de desesperanza. Los niños mutilados por la violencia tienen cicatrices físicas y psicológicas durante toda su vida. Los estudios han demostrado que el estrés también atrofia el crecimiento físico de los niños.

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