Una pequeña cantidad

Una pequeña cantidad de agua, tal como una salpicadura o el roce de la ropa húmeda, por lo general no es perjudicial para una pared de yeso. Si el agua es mínima, limpia la pared de forma rápida y se mantendrá sólida e intacta. Cuando se te derrame un poco de agua en una pared, utiliza un trapo seco para absorberla y limpiar la pared, y luego apunta un ventilador en la zona afectada para ayudar a acelerar el proceso de secado.

Una cantidad grande

Una cantidad significativa de agua en una pared de yeso, sobre todo si no se trata, puede suavizarlo y aflojarlo de forma rápida. Este tipo de daño es común después de las fugas, sobre todo cuando el yeso se encuentra en el sótano de la casa y el agua de lluvia corre por el interior de la pared. Con el tiempo, la humedad puede comenzar a generar moho, lo que afecta negativamente a la calidad del aire en el hogar. Cuanto más tiempo se asiente el agua en el yeso, tanto más daño causará.

Saturación

Si bien el agua puede causar daños al suavizar el yeso mismo, el problema puede ser aún peor en el interior de las paredes. Si la pared está saturada de agua, el listón de madera detrás del yeso la absorberá y comenzará a expandirse. A medida que se expanda hará presión hacia afuera, y puede hacer que la pared se agriete y se debilite. Cuando este sea el caso, normalmente tendrás que reemplazar la pared.

Reemplazo

A menos que quieras poner una nueva pared de yeso, la mejor opción cuando te enfrentes con yeso dañado por el agua es arrancar la pared con una palanca y hacer un acabado en la misma con yeso moderno. Cuando quites la pared, usa una máscara para el polvo y ventila la habitación, si es posible. Debido a que las paredes de yeso no son comunes en los hogares modernos, el mismo puede haber sido pintado con pintura de plomo, que puede ser un riesgo para la salud a menos que lleves puesto el equipo de protección adecuado.