VInagre

El olor a vinagre es desagradable para los perros y actúa como disuasivo. Mezcla partes iguales de vinagre con agua en una botella con rociador y rocía ligeramente la alfombra. Ten cuidado de no rociar al punto de empapar la alfombra ya que la puedes dañar. Con un rociado frecuente tendrás una mayor probabilidad de gradualmente impregnar la alfombra sin dañarla. Lleva a tu perro a la alfombra después de haber rociado la mezcla y con suavidad fuerza al perro a que la huela para que esté consciente de que esa es un área poco agradable. El vinagre también es bueno para ocultar accidentes previos que tu perro pudo haber dejado en tu alfombra.

Papel aluminio

Si ves que tu perro se está enfocando en un área y temes que se vuelva un lugar para hacer del baño, esparce papel aluminio sobre la alfombra. A tu perro no le gustará la sensación resbalosa o el ruido del papel al caminar sobre él. Aplaude fuerte cuando veas que el perro pisa el papel aluminio. Además, si llega a orinar en el papel el líquido se estancará y lo salpicará, lo que hará de esto una mala experiencia.

Tapetes disuasivos

Visita la tienda de mascotas local y busca comprar un tapete que emita una vibración o pequeña corriente eléctrica cuando se pisa. Puedes colocar el tapete en la puerta de entrada al área de la alfombra de tu casa. Tu perro comenzará a captar el mensaje de que no debe entrar a esa habitación.

Disuasivos químicos

Tu tienda de mascotas también tendrá botellas con rociador de disuasivos químicos. Esta debe ser la última alternativa ya que el rociar repetidamente podría causar que tú y tu mascota sufran de efectos secundarios como la comezón o los estornudos. Estos aerosoles funcionan mejor cuando estás viajando con tu mascota y quieres evitar daños a las alfombras de la habitación del hotel con una rápida rociada.