Preparación de la cama de siembra para vegetales
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La preparación de la cama de siembra es una parte importante del cultivo de vegetales. Debes saber cuánto espacio precisarán las plantas y conocer los requerimientos básicos de nutrientes y agua para cada tipo de vegetal. Colocar juntas especies de similares necesidades facilita el mantenimiento del huerto. Además, hacer un análisis y conocer el tipo de suelo sirve mucho para brindar el ambiente adecuado a las plantas.
Elección del lugar
Elige el lugar del jardín que reciba la mayor cantidad de luz solar. La mayoría de los vegetales precisa al menos seis horas de luz solar diaria. Las plantas como el tomate y la berenjena precisan mucho sol. Otras, como la lechuga y el brócoli, toleran condiciones de sombra. Evita lugares con obstáculos como raíces de grandes árboles que compitan con los vegetales por nutrientes y los lugares bajos donde se estanque el agua durante períodos lluviosos.
Análisis del suelo
Mediante un análisis de suelo puedes determinar qué tipo de drenaje este brinda a las plantas, qué nutrientes deben aportarse y cuál es el nivel de pH. Un buen drenaje brinda humedad a las plantas sin dejar las raíces empapadas durante largos períodos de tiempo, lo que contribuye a la presencia de enfermedades en esta parte de la planta. Conocer cuáles son los nutrientes adicionales requeridos le permite al jardinero aportar sólo lo necesario, sin desperdiciar y sin que haya exceso de fertilizante en el ambiente. El rango correcto de pH ayuda a las plantas a absorber eficazmente los nutrientes y así crecer de forma más saludable y lograr mayores tamaños. Para obtener un completo análisis de suelo, consulta con el servicio de extensión agrícola de tu ciudad. Ellos te darán resultados precisos a bajo costo.
Labranza correcta
Trabaja el suelo a una profundidad de, al menos, 6 o 7 pulgadas (15 a 17,5 cm), dejándolo con una textura fina, usando una pala o un cultivador mecánico. Las semillas pequeñas requieren partículas finas de suelo para germinar correctamente. Retira todas las piedras, maderas y demás residuos. Evita trabajar el suelo cuando está húmedo. Retira todas las malezas.
Enmiendas de suelo
El análisis de suelo indicará si este es ácido, alcalino o neutro. La mayoría de los vegetales prefieren un suelo levemente ácido, del rango de 6,0 a 6,8, según la horticultora Marianne Riofrio, de la Universidad del Estado de Ohio. Para que el suelo tenga este rango óptimo, agrega gradualmente azufre para jardinería para disminuir el pH o cal para aumentarlo. El agregado de enmiendas como el abono orgánico, el estiércol procesado o la turba ayudará a mejorar los suelos arcillosos, su aireación y su retención de agua.
Control de malezas
Para mantener las malezas bajo control, deberás quitarlas a mano todos los días, Si esto no es posible, la aplicación de mantillo sintético, como un plástico negro, o de un mantillo orgánico limpio, como la paja de lino, ayudará a mantener las malezas controladas.
Fertilización
El agregado de fertilizante ayuda a las semillas a tener un buen crecimiento inicial. Los vegetales de hojas se benefician con productos de formulación 12-12-12, mientras que los vegetales de raíz o que dan frutos necesitan un fertilizante 6-24-24. Los números indican los porcentajes de nitrógeno, fósforo y potasio que tiene el producto. No sobrefertilices las plántulas para no quemar sus delicados sistemas radiculares.
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