Step 1

Vierte 1/2 taza de bicarbonato de sodio en una fuente pequeña. Agrega suficiente vinagre blanco destilado como para formar una pasta espesa. Además de tener propiedades blanqueadoras naturales, el bicarbonato de sodio es ligeramente abrasivo. Cuando se lo mezcla con un ácido débil, como el vinagre, el producto de limpieza resultante disuelve el residuo pegajoso al tiempo que quita los materiales manchados de la superficie.

Step 2

Aplica la mezcla sobre cualquier área descolorida del refrigerador con un cepillo de dientes viejo. Frota suavemente, moviendo las cerdas en círculo. Limpia la zona con un paño húmedo para quitar la mezcla. Si aún se ve el amarillo, repite el tratamiento o prueba con otro remedio.

Step 3

Embebe un paño suave en jugo de limón. Retuerce el paño para quitar el exceso de líquido y luego coloca la tela húmeda sobre el plástico amarillento. Una vez que toda la mancha está cubierta con la tela, asegúrala con broches de ropa. Deja la tela en su lugar durante dos a cuatro horas, agregando más jugo de limón, de ser necesario, para mantener húmedo el paño.

Step 4

Retira la tela y evalúa visualmente los resultados. Si queda algo de decoloración, rocía sobre la mancha 1 cucharadita de sal de mesa. Frota ligeramente la zona con una esponja húmeda y luego enjuaga con agua fría.

Step 5

Aplica dentífrico blanqueador sobre cualquier área amarilla que haya quedado. Cubre las manchas con una capa gruesa de pasta y luego frota con las cerdas húmedas de un cepillo de dientes viejo. Retira el exceso de pasta dentífrica con una esponja húmeda y repite de ser necesario.