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El clásico sandwich

Todos alguna vez hemos llevado un sandwich de refrigerio, y realmente es una excelente idea de las mamas, ya que a diferencia de unas donas o una papas fritas este puede ser realmente nutritivo. Se puede preparar desde un día antes, con rebanadas de pan integral, lechuga, jamón de pavo, mayonesa light, queso panela, un poco de aceite de oliva y unas rebanadas de jitomate. No sólo te salvará durante el ataque de hambre a media mañana sino que además puedes explotar tu creatividad jugando con los ingredientes.

Frutos Secos

Almendras, cacahuates (naturales, sin sal), semillas de girasol, semillas de calabaza, pasas o nueces, pueden ser nuestros aliados. Ya sea en la oficina o una tarde en casa, podemos sacar un frasco con pequeños puñados y distraer nuestro ataque de hambre sin consumir más de 160 calorías. Además nos aportan grasa saludable para el corazón, en otras palabras de la que no nos provoca males cardíacos.

Galletas Integrales

Una opción nutritiva y que nos llena rápido son las galletas integrales. En lugar de comerte dos de chocolate, ¿que tal si te llevas unas ocho a la oficina? y así en el transcurso de la mañana te las vas comiendo. No sólo te aportarán fibra, además ingerirás a lo mucho 170 calorías. Ahora bien, si tienes más tiempo y ganas, las puedes acompañar de queso fresco o cottage.

Palomitas de maíz

No me refiero a ese mega combo que te dan en el cine, de palomitas bañadas en caramelo o escurriendo mantequilla --hablo de las que vienen en presentación natural. Si estás viendo la tele, te llega a visitar un amigo o si simplemente estas navegando en internet, ¿porque ignorar tú hambre? Tan sencillo como meter un paquete al microondas y en cinco minutos tienes un refrigerio rico en fibra y que de seguro llenará tú estómago hasta la hora de la cena.

Ensalada de frutas

Todos sabemos lo saludable que es comer fruta, sin embargo a veces sólo por que la idea nos remite a estar a dieta nos negamos a consumirla, ¿pero qué tal si les añades yogurt y/o granola? ¡Es riquísima! Un consejo es que procures tener la fruta ya picada, lista en tu refrigerador para que no te de flojera al momento del ataque. Busca variedad para que no te aburras: mango, uva, piña, naranja, melón, manzanas, pera, duraznos, ciruelas, etcétera.

Batido de frutas

¿Se te antoja una malteada? ¿Leche fria con chocolate? Mejor prepárate un batido de fruta. Es muy sencillo: en una licuadora mezcla media taza de yogur natural congelado, media taza de jugo de naranja y una naranja pelada. Sírvelo y brinda con tus amigos o familiares. En época de calor es una excelente opción, en lugar de llenarte de gas con refrescos embotellados

Ositos de goma

¿No tienes hambre pero quieres sentir la sensación de estar masticando algo? Puedes meterte un chicle a la boca o mejor aún, comerte diez ositos de goma. Tenlos siempre a mano, en el cajón del escritorio y así ingerirás solamente 87 calorías. El tip aquí es que los disfrutes, que los mastiques para que engañes a tu mente ya que realmente no es hambre, solamente ansiedad.

Barras energéticas

Ya no te puedes quejar. No sólo encontramos la típica barra de granola, simple y aburrida --ahora hay de manzana, chocolate, fresa, piña, vainilla y cada día salen sabores nuevos. Se recomiendan para los deportistas, sin embargo a veces la vida diaria es un deporte extremo así que echa una en tu bolsa o maletín y llénate de energía.

Gelatina de frutas

¿Postre? No te quedes con el antojo: una gelatina de agua es tu opción. Ya sea que la compres de cajita o te animes a hacerla desde el principio con grenetina y zumo de tu fruta favorita, una gelatina satisface las ganas de algo dulce después de comer y lo mejor, estarás previniendo la osteoporosis por su aporte de aminoácidos ¡sin más de 150 calorías!

Rollitos de jamón

Es más rápido vaciar una bolsa de papas fritas en un tazón, pero mejor tómate diez minutos y prepara una botana saludable. Puedes tomar un melón y sacar bolitas de la fruta, luego cortar rebanadas de jamón de pavo a la mitad y enrollarlas acomodándolas junto a las bolitas. En lugar de un tazón, utiliza la misma base del melón. ¿No tienes melón? en un plato acomoda los rollitos de jamón rellenos de queso cottage.