Concreto reforzado

El acero se coloca dentro del concreto para darle resistencia adicional a la tensión y a la cizalladura, opuesto a las fuerzas que lo separan, a su fuerza comprensiva inherente, resistencia a las fuerzas que lo presionan. El acero debe ser ubicado correctamente dentro del concreto para resistir las presiones de compresión, tensión y cizalladura, y para ayudar a controlar el agrietamiento. Los refuerzos horizontales le suman resistencia a las fuerzas de tensión y los verticales mejoran la resistencia ante las fuerzas de cizalla.

Concreto y varillas de refuerzo

El acero reforzado es fabricado en forma de varillas o de malla de alambre soldada. Las deformaciones en las varillas de refuerzo se adhieren al concreto y está fuerte unión permite que las cargas sean transferidas entre los dos materiales. Cuando el acero hace contacto con el concreto, una película no reactiva se desarrolla en la superficie de la varilla de refuerzo que ayuda a protegerla de la corrosión. La profundidad de la cubierta de concreto sobre el acero es un factor importante para su localización, de tal manera que éste no se corroa.

Ubicación de varillas de refuerzo en los muros

Las varillas de refuerzo se sitúan horizontal y verticalmente dentro del muro, en un patrón de enrejado. Como mínimo, una varilla #4 (1/2 pulgada) (1,27 cm) tiene un espaciado de 36 pulgadas (91,44 cm) en el centro, seguido de 8 pulgadas (20,32 cm) en la parte superior de la pared, ubicadas en el lado de la tensión, la cara interna, del muro. La cobertura requerida es de 2 pulgadas (5,08 cm) para las paredes de cimiento o las que estén expuestas al clima, y de 1 y ½ pulgadas (3,81 cm) para los muros que no estén expuestos. Los espacios horizontales para las varillas # 4 son mínimo de 2 pies (60,96 cm) y de 12 pulgadas (30,48 cm) en la parte superior e inferior de la pared.

Empalme de varillas

La estructura del concreto está diseñada para actuar como una sola unidad, aunque partes del mismo son vertidas separadamente, resultando en una construcción conjunta. La varilla de refuerzo tiene que soportar las uniones para brindar resistencia continua a las tensiones. Ésta se empalma con la varilla del otro lado, sobreponiéndose por una distancia específica. Generalmente, las varillas se cruzan como mínimo por 2 pies (60,96 cm). El mismo traslape se requiere para las barras de refuerzo de los extremos que se doblan en las esquinas.