Step 1

Coloca un vaso limpio de metal o cualquier plato para helado en el congelador para que se enfríe durante 15 minutos. Debes hacer esto antes de colocar la bola de helado y que ésta tenga contacto con la superficie.

Step 2

Saca el recipiente con helado del congelador y colócalo sobre la mesa para descongelarlo durante aproximadamente ocho minutos por cada galón.

Step 3

Introduce la cuchara para helado en un vaso alto con el mango hacia arriba.

Step 4

Coloca la taza en el fregadero y llénalo con agua caliente del grifo.

Step 5

Vierte el agua y saca la cuchara de la taza, después de haber permanecido ahí durante dos minutos.

Step 6

Saca la cuchara del agua caliente y sécala con una toalla de cocina.

Step 7

Saca el plato del congelador y colócalo en el mostrador al lado del contenedor con helado.

Step 8

Quita la tapa del recipiente y, de un solo movimiento, pasa la cuchara sobre la superficie del helado, procurando no hundirla más de media pulgada (1,25 cm) de profundidad. Puedes usar recipientes redondos más pequeños a medida que formas las bolas de helado.

Step 9

Observa los rizos que se van formando cada vez que con la cuchara recoges el helado y formas la bola.

Step 10

Levanta la cuchara que has introducido al recipiente, y lentamente forma la bola de helado hasta que la veas perfecta y puedas llevarla al plato para helado, que aún se mantiene frío.

Step 11

Sirve las bolas de helado, de preferencia dentro de la habitación para que conserven su redondez el mayor tiempo posible.

Step 12

Regresa la cuchara metálica a la taza con agua caliente, y puedes sumergirla en otro baño antes de usarla y sacar más helado. Al terminar, lleva el helado al congelador para evitar que se derrita.