Disnea

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El síntoma más común de una infección pulmonar es la dificultad para respirar, también llamada disnea. Tu perro puede jadear excesivamente aunque no se haya ejercitado mucho. Puedes notar que su ritmo de respiración es rápido, acompañado de respiración corta y superficial. Esto es causado por el líquido en los tejidos de los pulmones. También puedes escuchar a tu perro hacer sonidos con sibilancias, similares a un silbido bajo mientras trata de respirar.

Cianosis

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Si tu perro tiene problemas para respirar, la sangre oxigenada no puede circular adecuadamente a través de su cuerpo. Esto crea la cianosis, una coloración de la encía, la lengua y los labios que aparecen grises o azulados. También puedes notar que las almohadillas de sus patas son pálidas y descoloridas.

Fatiga

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Si hay una infección pulmonar, el cuerpo de tu perro utilizará más energía para luchar contra ella. Además, los problemas respiratorios asociados disminuirán el flujo de oxígeno a lo largo de su cuerpo; la fatiga puede ocurrir, y será más difícil para él participar en las actividades regulares. Quizá necesite descansar a menudo cuando pasea, o puede funcionar brevemente y luego parecer demasiado cansado. Cuando se hace muy difícil mantener la respiración regular, puede evitar la actividad por completo.

Estornudos y tos

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Si tu perro tiene una tos que dura más de un día o dos, puede tener una infección pulmonar. La tos de tu perro puede ser seca o acompañada de flema, que puede ser transparente o de color verde amarillento. El estornudo es también un síntoma que indica infección, pero sólo si persiste por más de unos pocos días. A veces toser y estornudar no causan alarma y pueden ser signos de una alergia. Para asegurarte, vigila a tu mascota y consulta a tu veterinario si los síntomas son excesivos o prolongados.