¿Qué son las alcachofas de Jerusalén?

Las alcachofas de Jerusalén están en el plato rosado.

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La alcachofa de Jerusalén (Helianthus tuberosus L.) no es una alcachofa ni tampoco es de Jerusalén, sino que es nativa de América del Norte, se parece a una patata subterránea pequeña o a una raíz de jengibre y los primeros habitantes la llamaron "raíces del sol". Al ser miembro de la familia del girasol, luego se la llamó "girasole", una palabra italiana que significa "flor que gira hacia donde está el sol", que puede haber derivado en "Jerusalén". Mientras estaba en el área del Cabo Cod en 1605, Samuel Champlain, el explorador francés, sugirió que el tubérculo sabía como las alcachofas. Durante la década de 1960, estos tubérculos pasaron a llamarse "alcachofas de Jerusalén".

Descripción

La mayoría de las 23 variedades de alcachofas de Jerusalén domésticas, también conocidas como manzana de la tierra en Inglaterra, topinambour en Francia, aguaturma, pataca y namara en España y batata-tupinanba, tunambor y tupinamba en Brasil, en E.U.A. se las cultiva en California. La piel de este tubérculo puede ser blanca, marrón claro, roja o violeta. Muchos consumidores dicen que no sólo tienen un toque de sabor de la alcachofa sino también una esencia a nogal delicada y dulce y que son crujientes cuando se las come crudas. Para muchos, el sabor de este tubérculo les hace recordar al agua de castañas o jícama. Si las congelas o las almacenas en la tierra durante unos días después de haberlas cosechado obtienen un sabor dulce. En algunas personas este tubérculo tiene un ligero efecto laxante.

Valor nutricional

Una taza de alcachofa de Jerusalén cruda contiene 115 calorías, 26 gramos de carbohidratos, 3 gramos de proteína y cero gramos de colesterol. No contiene grasa. Este vegetal que crece bajo el suelo es rico en hierro y potasio.

Inulina

Los carbohidratos presentes en la alcachofa de Jerusalén son de inulina en lugar del almidón que se halla en las patatas. Muchos diabéticos emplean la inulina como una fuente de fructosa (que es 1,2 veces más dulce que la sacarosa). Una advertencia: algunas personas pueden no tolerar la inulina porque puede provocar enormes molestias gastrointestinales si se la consume en grandes cantidades.

Cocinar con alcachofa de Jerusalén

Desde su introducción en 1616 en la "cuisine" europea, la alcachofa de Jerusalén ha obtenido mayor popularidad en Europa que en América del Norte. Los chefs chinos también la usan en muchos platos.

Hervida, al vapor, con manteca, en salmuera, grillada, cortada en trozos pequeños y luego hecha puré, en sopas, ensaladas, guisos, como guarnición de carne y aves, esta versátil raíz también se como si fueran patatas fritas. Puede sustituirlas al igual que a las castañas de agua también.

El sabor de la alcachofa de Jerusalén va bien con menta, mostaza, aceites de nueces, cebolla, nuez moscada, manteca, clavo de olor, vinagreta de canela y carnes grilladas.

Disponibilidad

Se las puede conseguir frescas en su momento pico, justo después de una buena helada, en el hemisferio norte desde octubre hasta marzo.

Otros usos

El follaje o mayor crecimiento de la plata se usa en América del Norte como forraje de bajo grado. Los tubérculos, que tienen gran cantidad de proteínas, son un buen suplemento para el alimento del ganado.

Hablando en términos médicos, la alcachofa de Jerusalén puede usarse como un estimulante inmune, supresor del apetito, anti-diabético, estabilizador de la glucosa en sangre y asiste en la mejora de la ecología de las bacterias en el colon.

En Francia, se las ha utilizado para producción de vinos y cerveza desde hace muchos años.

Si bien hay dos combustibles, el butanol y el etanol, que pueden producirse a partir de la alcachofa de Jerusalén, el costo es prohibitivo.

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