Tratamiento de la amigdalitis en perros

Al igual que los humanos, los perros también pueden sufrir amigdalitis.

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Las amígdalas del perro son masas de tejido de color rosado que están situadas en bolsas a ambos lados de la parte posterior de la boca. Forman parte de su sistema inmunológico, ya que ayudan a su organismo a luchar contra las infecciones. Cuando las amígdalas de un perro se enrojecen y se hinchan, se produce una enfermedad llamada amigdalitis. Para tratarla, los veterinarios utilizan diversos métodos, dependiendo de las causas que la hayan provocado.

Diagnóstico

Un perro es más susceptible a la amigdalitis cuando sus amígdalas permanecen irritadas durante un largo período de tiempo. Esto puede ser debido a la existencia de tos crónica o vómitos persistentes, a la presencia de un objeto extraño alojado en la garganta o a alguna enfermedad en otra parte del cuerpo. Un perro con amigdalitis puede tener arcadas, toser, tragar con frecuencia o negarse a comer debido al dolor provocado por las amígdalas inflamadas. El veterinario determinará la causa de la inflamación a través de una serie de análisis.

Extracción de cuerpos extraños

Es posible que el veterinario realice unas radiografías para determinar si hay algún objeto alojado en la garganta del perro que pueda ser la causa de la amigdalitis. La radiografía proporcionará una visión del interior del cuerpo del perro, mostrando la materia densa en blanco y la menos densa en negro. Si se halla algún objeto extraño, como una astilla o alguna pieza de un juguete, procederá a extraerlo de la garganta del animal.

Tratamientos para el cáncer

Si el veterinario sospecha que el cáncer puede ser la causa de la amigdalitis, llevará a cabo un examen citológico de una muestra tomada de las amígdalas. Analizará la estructura de las células de la muestra para buscar anomalías que indiquen la presencia de un cáncer. Si el resultado es positivo, someterá al perro a uno o más de estos tres tratamientos: radioterapia para destruir el cáncer, cirugía para extraerlo y quimioterapia para eliminarlo con medicamentos.

Antibióticos

Las amígdalas irritadas son proclives a sufrir infecciones bacterianas, por lo que se puede producir una amigdalitis. Si el veterinario piensa que el sarro de la boca del perro es el origen de ese exceso de bacterias, es posible que le haga una limpieza dental exhaustiva. Una vez realizada ésta, o después de cualquier tratamiento para la amigdalitis, es posible que el veterinario administre antibióticos al animal con el fin de eliminar las bacterias. Esto es así en aquellos casos en los que la causa de la amigdalitis no está clara, algo que suele ocurrir cuando se trata de razas pequeñas.

Amigdalectomía

Una vez que tu perro haya terminado el tratamiento con antibióticos prescrito por el veterinario, su amigdalitis debería haber desaparecido. Sin embargo, esto es algo que no ocurre siempre. Si la enfermedad persiste y especialmente si su causa no está clara, será necesario realizar una amigdalectomía, es decir, una extirpación quirúrgica de las amígdalas. Esto es algo que los veterinarios intentan evitar, ya que las amígdalas forman parte importante del sistema inmunológico del perro. En la mayoría de los casos, este procedimiento no llega a ser necesario.

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