Las últimas etapas en los perros con fallo renal
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Aunque un perro de cualquier edad puede tener algo debilitados los riñones, el fallo renal suele suceder en perros de nueve años de edad y más viejos. El fallo renal, que es una enfermedad renal lenta y progresiva, ocurre a partir de un aumento en la tasa de sangre que se filtra por los riñones (índice de filtrado glomerular o GFR). El fallo renal tiene lugar debido a que los riñones no son capaces de mantener el equilibrio correcto de sodio, potasio, fosfatos de calcio y otros electrolitos para controlar el ácido en la sangre y en la presión sanguínea. El fallo renal agudo es reversible si se trata a tiempo, pero el crónico no se puede curar.
Fallo renal en los perros
Causas de fallo renal
Además de la herencia, el tipo de raza es un factor importante. Los Akitas, Chow Chows, Lhasa Apsos, Keeshonds y Bedlington terriers están entre las razas que tienen más posibilidades de contraer problemas renales. Las causas del fallo renal incluyen obstrucción urinaria, descenso del volumen sanguíneo, presión sanguínea baja y un suministro inadecuado de sangre en los riñones. El fallo también podría aparecer al no ser capaz de producir la hormona eritropoyetina para estimular la producción celular de sangre roja en la médula ósea. Como resultado tiene lugar una enfermedad de urea anormal conocida como uremia.
Síntomas
Un perro con fallo renal no puede producir orina que sea concentrada. Por lo tanto los dos síntomas principales del fallo renal son sed excesiva y micción frecuente. Sin embargo, los síntomas del fallo son suelen ser obvios hasta que la mayoría de la función renal ya está perdida, por lo tanto la enfermedad podría haber estado activa durante meses o años y estar ya en las últimas etapas. Se puede obtener un diagnóstico con muestras de sangre y de orina. Aunque el fallo renal crónico no se puede curar, se pueden tratar los síntomas para reducir el progreso de la enfermedad. Los veterinarios normalmente descubren la fase del fallo renal haciendo un análisis de sangre a tu perro, además de determinar cómo está el perro en lo referente a comer, orinar y otras actividades.
Fases III y IV
A medida que la enfermedad empeora en las fases III y IV, los riñones no son capaces de filtrar y expulsar los productos residuales. Estos productos retroceden a la corriente sanguínea dando como resultado pérdida de peso, vómitos, fatiga, mala respiración y anorexia. En las últimas fases tu perro podría desarrollar encías pálidas y úlceras en la boca, así como un soplo cardíaco o latidos irregulares. Otros síntomas de fallo renal de la última fase van desde una temperatura corporal baja y anemia hasta pérdida de producción de células rojas. Debido a la anemia pueden aparecer membranas mucosas pálidas durante las fases III y IV.
Cuidado en las últimas fases
El fallo renal crónico suele tratarse disminuyendo la progresión de la disfunción renal. Lleva a tu perro para que lo evalúen cada dos o tres meses y le hagan una prueba de orina, sangre y bioquímica del plasma sanguíneo. Limita la cantidad de fosfato y ácido de tu perro alimentándolo con una dieta especializada para el manejo del riñón. Francis Kallfelz, un veterinario de la universidad estadounidense de nutrición veterinaria, sostiene que la terapia de la dieta es el método más utilizado para el tratamiento. Los perros sólo deben comer aquellos alimentos que contienen una cantidad baja de ingredientes particulares que dificultan el trabajo de los riñones.
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