Step 1

Reúne tus materiales. La mayoría son objetos comunes de la casa, pero los demás se pueden encontrar en cualquier ferretería. Si tienes tu propio equipo de carpintería, puedes encontrar un montón de serrín acumulado en las áreas en las que trabajas. Si no, sólo pide un poco de aserrín en la ferretería. Lleva un recipiente pequeño contigo para llevarlo a casa.

Step 2

Haz una pequeña pila de aserrín en un plato de papel. Rocía una pequeña cantidad de pegamento blanco para madera en la parte superior.

Step 3

Mezcla el aserrín y el pegamento con un palillo de dientes. Continúa revolviendo y agrega más aserrín o pegamento según sea necesario para obtener una consistencia similar a una masilla. Cuando empiece a ponerse firme, es posible que tengas que dejar el palillo de dientes y terminar de mezclar con los dedos.

Step 4

Toma pequeñas cantidades de esta masilla y colócalas en los orificios de los clavos. Utiliza el palillo de dientes, si es necesario, para llenar completamente los agujeros. Permite que cada agujero parcheado se seque por lo menos durante seis horas.

Step 5

Inspecciona cuidadosamente cada agujero parcheado. Si la mezcla ha creado una protuberancia, lija cuidadosamente con una lija fina hasta que esté suave como la pared.

Step 6

Abre y agita la lata de pintura. Con cuidado, pinta sobre cada agujero parcheado con un pincel pequeño. Cuando la pintura esté seca el área se verá como nueva.