Modelo de escucha activa

Como maestro eres un modelo a seguir para tus alumnos, por lo que debes aprender a escuchar activamente cuando te comunicas con ellos. Haz contacto visual y asiente con la cabeza afirmativamente para que les hagas saber que prestas atención a lo que te dicen. Responde con afirmaciones como "entiendo", "bien" o "continúa". De esta manera, les harás saber que sigues lo que te están diciendo. Cuando el estudiante termine de hablar, resume brevemente lo que te ha dicho y, luego, responde y da tu opinión. Este tipo de atención hará que ellos se sientan atendidos e importantes. También les muestras que sabes escuchar con atención.

Tomar notas en caso necesario

Los estudiantes que pueden demostrar que están prestando atención en clase, procuran hacer contacto visual mientras el maestro habla, asintiendo con la cabeza. Si tienes suerte se reirán de tus comentarios humorísticos. Además de eso, los estudiantes te podrán escuchar activamente, tomando notas en clase. Si eres maestro de primaria o de secundaria, es posible que tengas que escribir los hechos y definiciones en la pizarra para que los alumnos los copien en sus cuadernos. Si enseñas en la preparatoria o en la universidad, puedes dar conferencias, mostrar videos o proporcionar presentaciones de PowerPoint y esperar a que los estudiantes escriban los datos pertinentes por su cuenta.

Fomentar la participación del estudiante

Contrariamente a la creencia popular, hablar en clase es un problema si lo que se conversa no tiene que ver con el tema de la clase. Los profesores deben alentar la participación de los estudiantes, lo que incluye preguntas pertinentes, respuestas a preguntas que plantee el profesor, conversar sobre el material de aprendizaje y responder respetuosamente a los comentarios de los demás. Esto promueve la comprensión y expresión oral activa, así como la capacidad de pensamiento crítico.

Juegos de rol

Si los estudiantes tienen problemas de escuchar en clase, considera realizar actividades de rol que muestren modelos de comunicación. Estos ejercicios pueden ejemplificar actividades buenas como malas. Divide a la clase en grupos de dos y pídeles que se cuenten una historia, ya sea que narren alguna anécdota en un cumpleaños o un momento difícil. El otro estudiante debe "escuchar" demostrando una habilidad pobre y no poner atención a lo que su compañero dice. Repite la actividad y pide a los estudiantes que escuchen activamente y muestra la forma correcta de hacerlo. Finalmente, pide a toda la clase que discuta sobre lo que significa no saber escuchar y sobre aquello que se requiere para saber hacerlo. En la pizarra, enumera las cualidades buenas, así como los defectos. Discute el por qué saber escuchar activamente es importante, y qué es lo que se requiere para practicar esta habilidad en el salón de clases.