Cómo blanquear la ropa sin usar lejía

El sol es un blanqueador natural.

David De Lossy/Photodisc/Getty Images

Mantén tu ropa blanca impecable y brillante sin recurrir a la lejía. Si bien esta es económica y funciona rápidamente, el uso excesivo o inadecuado puede dejar la ropa amarillenta y debilitar las fibras. Un guardarropa blanco y brillante comienza con una técnica adecuada de lavado. Debes lavar las prendas blancas que están ligeramente manchadas todas juntas con una cantidad de jabón para lavar la ropa suficiente para que mantenga la suciedad suspendida y que no regrese a la ropa. Debes comenzar el lavado o terminarlo con una preparación blanqueadora natural. No tienes que conformarte con un resultado que no sea perfecto. Si tratas a este tipo de prendas con un blanqueador químico, este se desvanecerá y no podrás reemplazarlo.

Step 1

Remoja tus prendas en una pileta con agua caliente y un limón cortado. Para hacer un tratamiento blanqueador rápido, deja las prendas en remojo durante una o dos horas en la forma usual. Para la ropa que está muy sucia, hierve agua, apaga el fuego, agrega las rodajas de limón y luego la ropa. Déjala en remojo durante toda la noche en la forma habitual.

Step 2

Recurre a los armarios de la cocina en busca de un blanqueador inesperado. Agrega 1/4 de taza de detergente lavavajillas a un cubo de agua caliente. Agita ligeramente la ropa blanca en la mezcla y déjala en remojo durante 30 minutos o durante toda la noche. Coloca el contenido del cubo y la ropa en la lavadora y finaliza el ciclo en la misma forma en que lo haces con el detergente habitual.

Step 3

Saca provecho de un tratamiento antiguo de blanqueamiento y cuelga la ropa blanca en el exterior, en un día soleado. Este no es un tratamiento tan rápido o tan potente como los otros métodos de blanqueamiento, pero el sol las deja más blancas naturalmente y las mantiene con olor fresco.

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