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Arranca la alfombra que quede en los escalones. Quita cuidadosamente las tachuelas y tíralas. Barre bien, así comenzarás con una superficie limpia. Cualquier resto o polvo que quede en las escaleras puede provocar que la madera no se ajuste apropiadamente y rechine.

Utiliza tu nivel, examina los escalones para ver cuán nivelados están. Si encuentras que hay unos pocos puntos donde los escalones no están nivelados perfectamente, líjalos para asegurarte mejores resultados.

Comenzando con el escalón superior, pon el material encima y mídelo para conseguir un ajuste perfecto. Dibuja una línea con tiza o lápiz donde el escalón necesita ser cortado para dejar libres las esquinas o pasamanos. Recuerda medir dos veces y cortar una vez.

Corta la madera por la línea que has dibujado con tu sierra circular.

Ajusta el escalón en su lugar y pon clavos en cada esquina.

Repite el procedimiento de medir y cortar para la parte vertical del peldaño. Colócalo en su lugar y clávalo para asegurarlo tres veces a través del larguero. Puedes rellenar los agujeros de los clavos con masilla más tarde.

Continúa el proceso hacia debajo de las escaleras. Cuando hayas terminado, instala cantoneras en las esquinas donde se unen los escalones y la parte vertical del peldaño, para cubrir cualquier borde áspero.