La piel falsa es un tipo de tela textil que se fabrica para que parezca piel real. Es mucho menos costosa que la verdadera, y con frecuencia la sustituye. Tal como la piel real, es muy cálida, por lo tanto muchas veces se usa para forrar tapados, botas, sombreros y guantes. Cambiar el color de la piel falsa es el último paso de su proceso de fabricación; puede teñirse en cualquier color con pintura acrílica.
Vierte el agua en una bandeja grande de pintura.
Agrega pintura acrílica en el color que desees.
Mezcla el agua junto con la pintura.
Ponte un par de guantes de látex.
Toma un pincel de cerdas y sumérgelo en la pintura.
Usa el pincel para pintar la piel; comienza por los bordes de la misma y trabaja hacia adentro. Asegúrate de pintar también la parte interior a la cual está sujeta la piel.
Asegúrate de pintar en forma pareja sobre toda la pieza de piel. Cubre con tantas manos como haga falta para obtener el tono deseado.
Usa un secador de pelo sobre la piel durante 30 minutos una vez que hayas obtenido el tono deseado. No secarás por completo la piel de este modo. pero habrás iniciado el proceso de secado.
Cepilla para quitar cualquier enredo que veas mientras secas la piel.
Deja que la piel se seque durante toda la noche.
Al día siguiente, enjuaga la piel con agua y suavizante para telas. Esto removerá cualquier resto pegajoso de pintura.
Coloca la piel en la secadora, y ponla en el ciclo giratorio.
Saca la piel de la secadora, cepíllala otra vez, y cuélgala para que se seque.
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- handful of fur image by Daria Miroshnikova from Fotolia.com