Step 1

Coloca mantas de pintor encima de tus muebles, aparatos o accesorios cercanos a la pared que se va a trabajar, para protegerlos de las salpicaduras de pintura. Cubre con cinta adhesiva los conductos, enchufes y toda el área alrededor de pisos, puertas, techos y otras paredes para evitar que la pintura se deposite donde no la quieres.

Step 2

Toma la pintura texturizada con el rodillo. Aplícala en una pequeña sección de la pared para que puedas completar el siguiente paso mientras que la pintura sigue fresca.

Step 3

Con la llana, alisa la superficie al azar para crear un efecto que imite la apariencia de una pared de piedra ligeramente cubierta con un acabado desigual de yeso. No alises toda la zona o la textura se afinará y no quedará como si fuese piedra. Continúa trabajando pequeñas secciones con la pintura con textura y luego usa la llana o una cucharilla de albañil para crear el efecto. Una vez que termines, deja secar durante 24 horas.

Step 4

Aplica el primer color de esmalte traslúcido de tu elección con la cubierta tipo lana de 3/8 de pulgada (9 mm) que viene con tu rodillo. Pinta toda el área uniformemente.

Step 5

Aplica el segundo color de esmalte translúcido con una brocha. El segundo color te ayudará a lograr tonos irregulares similares a los de la piedra natural. Trabaja en áreas cuadradas y pequeñas, creando formas de "X" apretadas con la brocha. Añade otra capa si quieres crear una acabado con más volumen.

Step 6

Con un trapo, limpia los bordes de la pared aplicando movimientos circulares para conservar la apariencia de piedra. Limpia la pintura tanto como lo necesites hasta obtener el aspecto deseado. Continúa este proceso hasta que termines con toda la pared.