Planta las semillas de maíz a 1 pulgada y media dentro del tierra, y a una distancia de 2 pulgadas entre una y otra. Realiza por lo menos 3 filas, y deja una distancia de 16 pulgadas entre cada una. Plántalas a mediados de mayo o cuando la tierra sea cálida y la temperatura se mantenga por arriba de los 40 grados.

Riega las plantas 2 o 3 veces por semana para mantener la tierra húmeda, pero no empapada de agua. Saca las hierbas malas que crecen cerca de la planta. Aplica un fertilizante rico en nitrógeno a cada fila de plantas, una vez por mes durante un período de 3 meses.

Deja que los tallos de las plantas maduren durante 3 meses y luego, reduce el riego a sólo una vez por semana para que se empiecen a secar. Cuando el exterior de los choclos se haya secado, córtalos del tallo. Si está por llover y los choclos no están del todo secos, sácalos igual.

Pela los choclos y déjalos reposar sobre una superficie para que se terminen de secar. Ve girándolos para que se sequen uniformemente.

Saca algunos granos de los choclos y llévalos al fuego. Cuando más de la mitad se hayan convertido en palomitas de maíz, es hora de sacar todos los granos.

Desprende los granos del choclo haciendo presión con ambas manos y girándolo. Junta todos los granos y guárdalos en un contenedor hermpetico.