Lavar la vajilla a mano sin guantes

Algunas personas encuentran que usar guantes es incómodo y prefieren el contacto directo con platos, cristalería y todo lo que lavan. No obstante, lavar la vajilla sin guantes es tan inseguro como andar en bicicleta sin un casco. Además, al no usar guantes tus manos envejecerán más rápidamente. Si no estás habituada a usar guantes, no es difícil hacer el cambio. Busca guantes que te queden un poco ajustados para que puedas mantener la sensación de un contacto directo con los objetos que estás lavando.

Usar guantes

Lavar la vajilla con guantes es una mejor opción para obtener beneficios de seguridad y cuidar la piel. En ciertas ocupaciones, lavar con guantes es obligatorio, como en las industrias de la alimentación y cuidado de la salud. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) establece que "Además del lavado a mano, los guantes cumplen un rol importante en la reducción de riesgos de transmisión de microorganismos". Los microorganismos son invisibles al ojo humano; puedes desconocer que tienes un virus o una infección y, si no usas guantes, propagarlos a tu familia. Si sufres de alguna afección dermatológica como eccema o psoriasis, debes usar guantes cada vez que laves los platos a mano. De otro modo, la exposición al agua agravará y prolongará la afección de la piel.

Similitudes

Tanto si usas o no guantes, lavar los platos a mano proporciona una mejor limpieza que lavarlos a máquina. Los objetos de vidrio quedan limpios y brillantes, sin esa película de residuos que se acumula después de lavar los vasos repetidamente en el lavavajillas. Lavar la vajilla a mano también te permite localizar y eliminar los alimentos difíciles de quitar de los platos y los utensilios individualmente. Lavar la vajilla en el fregadero, con o sin guantes, es también la mejor forma de limpiar vajilla especial, como porcelana y copas que no son seguras de lavar en la máquina.

Diferencias

Cuando lavas los platos a mano con guantes, puedes usar el agua más caliente para ayudar a aflojar la suciedad, y agregar lejía y desinfectantes para limpiar platos, boles y cubiertos. También puedes enjuagar la vajilla y los utensilios bajo un chorro constante de agua caliente por más tiempo. No obstante, cuando lavas la vajilla con las manos desnudas, debes reducir la temperatura del agua. Esto puede hacer que queden manchas y residuos en la vajilla y que debas perder tiempo volviéndola a lavar.