Cómo diseñar una sala de masajes

Massage King, Lavendar Green, Smart Home

Una sala de masajes bien diseñada crea una atmósfera de tranquilidad que permite al kinesiólogo, o a la masajista, hacer bien su trabajo. Un masaje alivia tensiones, dolores musculares y contracturas. También mejora la circulación y puede ser utilizado para tratar enfermedades crónicas como artritis, migrañas o estrés continuo. Un masaje puntual se puede realizar en cualquier lugar, pero uno de cuerpo entero requiere una habitación bien equipada que transmita paz y tranquilidad.

Coloca una camilla para masajes con estantes y el hueco adecuado para apoyar la cara. Su superficie debe ser lisa y el acolchado más o menos firme. En lo posible, debe ser de un material lavable como la cuerina.

Pinta el cuarto con colores que transmitan tranquilidad como el beige, el azul pálido o el verde mar. Utiliza un tono claro de madera en las puertas y los estantes.

Pon reguladores de intensidad en todas las luces para poder controlar la atmósfera. Ubica pequeñas lámparas alrededor de la habitación para iluminar lugares puntuales.

Instala un piso que le sea cómodo a la masajista mientras esté trabajando. Evita las superficies como mármol o baldosas.

Pon un estante para las toallas debajo de un lavabo. Utiliza manijas en las puertas que sean fáciles de abrir cuando la masajista tenga las manos aceitadas.

Pon música calma en tu sistema de audio. Coloca velas y aceites aromáticos por toda la habitación.

Controla la acústica del lugar para eliminar las posibles distracciones del cliente y de la masajista.

Ubica una mesa cerca de la camilla para apoyar los aceites, lociones, piedras calientes y toallas.

Arma un gran armario para guardar cortinas, toallas y ropa. Consigue almohadillas calentadoras. Cuelga una cortina que regule la luz que entra por la ventana.

Coloca un cartel de "ocupado" en la puerta, o instala luces sobre ella que indiquen si el cuarto está siendo utilizado.

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