El efecto de la temperatura sobre la actividad de la amilasa

La actividad da la amilasa es óptima dentro de un intervalo limitado de temperaturas.

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La amilasa es una enzima producida por la mayoría de los organismos, que van desde las bacterias hasta los seres humanos, para descomponer los almidones en azúcares para la producción de energía. Las temperaturas óptimas de esta enzima van a variar, dependiendo del organismo de donde se derive. Una enzima amilasa particular funcionará de manera óptima a la temperatura normal de su portador y su actividad disminuirá a medida que su temperatura se aleje de ese parámetro.

Amilasa de pseudoalteromonas arctica

Un grupo de investigadores aisló la forma Pseudoalteromonas arctica de la enzima amilasa, una bacteria marina autóctona de las aguas del Océano Ártico que rodean la isla noruega de Spitzberg. En el número de noviembre de 2010, de “The Protein Journal”, los investigadores indicaron que la temperatura óptima de la enzima fue de 30 grados centígrados y la actividad de la molécula se redujo en un 65 por ciento a cero grados Celsius. Además, el estudio informó que la actividad enzimática disminuyó drásticamente a temperaturas superiores a 40 grados centígrados.

Heliodiaptomus viduus

El zooplancton de agua dulce, Heliodiaptomus viduus, contiene una gran cantidad de amilasa: 2.400 moléculas por cada gramo de peso corporal. Un estudio publicado en la edición de marzo de 2006, de "The Turkish Journal of Zoology", informó que la enzima tiene una actividad máxima entre 30,25 y 70,25 grados centígrados a un pH de 6,0. El estudio informó, además, que la actividad enzimática total se produjo a los 30 grados centígrados durante un máximo de dos horas. Además, la enzima se inactivó a 60,25 grados centígrados después de dos horas; y a 70,25 grados centígrados después de una hora.

Bacillus iicheniformis

El número de enero de 1989, de "Biotechnology and Bioengineering" informó que la enzima α-amilasa aislada de la bacteria Bacillus iicheniformis, estaba activa en un amplio intervalo de temperaturas. Los investigadores ajustaron la temperatura de un medio que contenía a la bacteria de forma incremental de 4 a 22 a 37 y, finalmente, a 80 grados Celsius. Encontraron que la actividad enzimática aumentó junto con la temperatura, hasta que la enzima se desnaturalizó a 80 grados Celsius.

Bacillus subtilis

Un artículo publicado en la edición de julio de 2009 de "Biotechnology Progress" investigó el uso potencial de la enzima amilasa aislada de la bacteria Bacillus subtilis, como un indicador de presión, temperatura y tiempo para un proceso de pasteurización. Los investigadores encontraron que la actividad enzimática de la amilasa fue inhibida a temperaturas que van de 10 a 50 grados Celsius, pero disminuyeron a cada temperatura a medida que aumentaba la presión y el tiempo.

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