Step 1

Limpia el acero galvanizado. Limpia las piezas pequeñas de acero utilizando trapos de limpieza con tres gotas de detergente líquido para eliminar la suciedad, el polvo y trozos grandes de óxido. Los artículos más grandes puede ser lavados a presión. El punto es simplemente eliminar la suciedad para que puedas centrarte en las áreas oxidadas.

Step 2

Raspa grandes superficies de óxido con un cepillo de alambre. Usa una presión firme y un movimiento hacia adelante y hacia atrás para eliminar el óxido del metal. El cepillo de alambre puede rayar el metal, pero ya que se tiene que pintar y volver a galvanizar de todos modos, no hay problema. Usa tus gafas de protección desde este punto hacia adelante para mantener las partículas de óxido fuera de tus ojos.

Step 3

Lija cualquier resto de óxido. Usa una presión firme y frota el papel de lija de ida y vuelta sobre las zonas oxidadas. No lijes todo el elemento a menos que esté oxidado totalmente.

Step 4

Limpia el polvo de óxido. Utiliza la escoba de mano para eliminar las partículas de óxido y limpiar el área para asegurarte de que no hay más óxido. Limpia el área con un trapo húmedo y tres gotas de detergente líquido, luego deja que se seque por completo para evitar la formación de oxidación superficial en las zonas expuestas.

Step 5

Toma medidas preventivas para inhibir la oxidación. Pinta este artículo (o por lo menos las áreas de lijado y borrado) con pintura rica en zinc o con un spray de galvanizado en frío para restaurar la galvanización del acero. Aplica dos o tres capas de pintura, pero asegúrate de esperar al menos 90 minutos entre capa y capa para asegurar que el área se haya secado completamente.