Step 1

Elige el material que trabajarás para tu proyecto de final de curso. Puedes escoger un guión que funcione adecuadamente para tus alumnos de clase o dedicar una parte del tiempo de enseñanza a la creación de una obra escrita en que participen todos. Lo importante es que muestres el resultado final que has elaborado y que presentarás para concluir el período de sesiones o el ciclo escolar. Este objetivo ayudará a los estudiantes a concentrarse en su trabajo.

Step 2

Estructura tu día o clase, de manera que puedas asignar tiempo a las diversas actividades. Debes ensayar, con regularidad o por lo menos una vez cada clase o sesión, el trabajo que presentarás al final del curso. Sin embargo, los adolescentes a esta edad no tienen la paciencia para trabajar en una sola cosa a lo largo del ciclo escolar. En lugar de esto, intercala tu proyecto con la gran variedad de temas que integran la materia de teatro. Explica a los estudiantes los horarios. Esto los ayudará a organizar su tiempo de trabajo y los mantendrá enfocados. Dedica una parte de cada lección para estudiar los fundamentos, algunos temas específicos y el ensayo para el proyecto final de la clase.

Step 3

Comienza tu clase con aspectos fundamentales y trabaja el calentamiento. Enseña a tus alumnos algunos movimientos básicos y ejercicios vocales para que ellos conozcan las herramientas que tienen a su disposición. Los ejercicios frente a un espejo o de cámara lenta son buenos ejercicios físicos. Mientras que con los trabalenguas y las canciones podrás introducirlos a la técnica vocal adecuada.

Step 4

Introduce diferentes conceptos e ideas que son necesarios para trabajar el proyecto, así como la importancia de la sesión de calentamiento, la comedia, la improvisación, el trabajo de carácter físico y el movimiento, el trabajo de la voz, la mímica, el estudio de dialectos y mucho más temas que puedes trabajar, incluso con adolescentes de secundaria. La improvisación es a menudo divertida, pero procura que esta parte de tu clase no se convierta en una sesión larga donde predomine el juego de la improvisación sin objetivos de aprendizaje en mente, excepto si la consideras como una sesión de recompensa. De lo contrario, procura que tus sesiones de improvisación tengan un objetivo que sirva a los niños a adquirir alguna habilidad específica como escuchar en vez de bloquearse cuando hablen con sus compañeros.