Step 1

Limpia la caja de arena. Una de las principales razones por la que los gatos dejan de usar la caja de arena es porque está sucia. Al igual que los humanos, los gatos quieren un baño limpio. Vacía la caja, límpiala con toallas desinfectantes o lávala y luego agrega arena nueva. Vuelve a colocar la caja en el lugar donde usualmente la tienes para que tu gato sepa donde encontrarla. Además, asegúrate de tener la cantidad suficiente de cajas. Una caja por gato es lo ideal.

Step 2

Restringe el acceso a tu gato a cualquier lugar donde haya defecado inadecuadamente. Aún más, restríngele el acceso a cualquier lugar donde pueda llegar a defecar inapropiadamente. Cierra las puertas, bloquea o cubre los muebles y mantén alejado al gato de los mostradores. La idea es mantener al animal alejado de los muebles y fuera de las habitaciones a las que no necesita acceder, y hacer de la caja de arena el lugar más atrayente para que haga sus necesidades.

Step 3

Recoge cualquier desecho que el gato deje en la alfombra y colócalo en la caja de arena. Esto le enseña el lugar al que pertenecen los excrementos.

Step 4

Identifica la causa subyacente del comportamiento de tu gato. Esta causa puede ser una enfermedad como infección del tracto urinario, problemas de ansiedad, la llegada de una nueva mascota o un nuevo miembro de la familia e incluso un cambio de casa o de ambiente. Haz que el cambio sea gradual para el gato, considera usar un medicamento para sus problemas de ansiedad, y consigue asistencia veterinaria para resolver cualquier problema médico que tu gato pueda estar padeciendo.

Step 5

Utiliza un rociador repelente como una medida extra de refuerzo. Aunque algunos repelentes se publicitan como específicos para perros, también funcionan para gatos. Rocía el repelente alrededor de la zona que quieres que el gato evite. Recuerda reaplicar el repelente a menudo para obtener máximos resultados.