Step 1

Examina el color y el patrón de la piel de la serpiente. Las serpientes suelen tener esquemas de colores únicos, como las famosas bandas rojas y amarillas de la serpiente coral o los diamantes negros de la serpiente de cascabel diamantada. Podría resultar difícil identificar una serpiente basándote sólo en su color, ya que estos animales se mueven con mucha rapidez.

Step 2

Evalúa el tamaño de la serpiente. Las serpientes se presentan en una amplia variedad de tamaños que pueden ir desde las 6 pulgadas (15.24 centímetros) hasta más de 6 pies (1.8 metros) de largo. El tamaño de una serpiente suele ser el identificador visual más sencillo para averiguar su especie.

Step 3

Observa los movimientos de la serpiente y escúchala en busca de sonidos clave, como ruidos o silbidos. Algunas serpientes pueden trepar árboles, algunas se mueven lateralmente y otras se detienen por completo cuando se enfrentan a un depredador.

Step 4

Observa la cabeza de la serpiente. La cabeza y el cuello de la serpiente te pueden ayudar a limitar el número de especies. Las serpientes con cabezas grandes y triangulares suelen ser víboras venenosas, mientras que las que poseen cabezas pequeñas comúnmente son serpientes constrictoras.

Step 5

Piensa sobre el lugar donde te encuentras o consulta una guía turística regional para averiguar la fauna que posee la zona. Saber qué tipos de serpientes habitan tu área puede ser muy útil para identificar una que se encuentre frente a ti. Por ejemplo, las serpientes de cascabel generalmente se encuentran en el suroeste americano, por lo que es muy raro encontrarlas al noreste.