Información sobre el extintor de bicarbonato de sodio

Fuego.

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El bicarbonato de sodio (NaHCO3), también conocido como bicarbonato, es una sustancia que se encuentra en todas los organismos vivientes y que regula el equilibrio del pH. Hecho a partir del carbonato de sodio, que se extrae de una trona mineral y se disuelve en una solución que contiene dióxido de carbono, el bicarbonato de sodio se precipita naturalmente y se utiliza para muchos propósitos. Uno de ellos, el de ser ingrediente de los extintores.

Bicarbonato y ácido

El fuego necesita oxígeno y combustible para arder. Los extintores remueven o desplazan el oxígeno de alrededor y alivian las llamas. Un matafuegos de bicarbonato de sodio es un elemento de emergencia que puede extinguir y controlar un fuego pequeño. A menudo trabajo a partir de metal o cobre pulido, el extintor se activa volteando la unidad, lo que convierte el bicarbonato en agua ácida (similar al efecto que se logra cuando se coloca en vinagre). El bicarbonato mezclado con el ácido produce gas de dióxido de carbono para expulsar el líquido contenido hacia las llamas.

Extintores coleccionables

Hace más de 70 años, los extintores de bicarbonato de sodio y de cobre o latón se pulían muchísimo, se los protegía con una fina capa de laca a fin de preservar su brillo, y se colgaban en las oficinas, fábricas, negocios y hogares. De manera que se puedan tomar con facilidad, se contaba con estas unidades para calmar cualquier fuego. Un matafuegos de 1940, el Quick Aid Fire Guard Model Soda-Acid, producido por General Pacific Corporation, se convirtió en coleccionable y a menudo adornan las tiendas de decoración y de antigüedades. The Quick Aid es un modelo de 2,5 galones (9,5 litros) que mide 23 pulgadas (58 centímetros) de alto y 7 pulgadas (18 de diámetro). Equipado con una manguera y una boquilla de goma y una tapa a rosca roja, el extintor está trabajado con cobre y metal. Los coleccionistas antiguos valoran el estilo y el oficio de estas piezas, que con frecuencia se usan como macetero o para dar un toque decorativo.

Historia

En 1886, Francois Carlie de Francia patentó el primer extintor de bicarbonato de sodio, que usó una mezcla de agua y bicarbonato de sodio con ácido tartárico, que era lo que producía el propulsor de dióxido de carbono. En 1881, una patente estadounidense se fue completada por Almon M. Granger, que había inventado otro tipo de extintor de soda-ácido que utilizaba la reacción entre ácido sulfúrico y bicarbonato de sodio para mandar agua sobre el fuego. Las patentes que siguieron fueron completadas por los extintores automáticos, que sienten la presencia de un fuego y desarrollan una reacción química en el cilindro que produce y genera dióxido de carbono para apagar las llamas.

Extintor hecho en casa

Se puede realizar un extintor sencillo, hecho en casa, a partir de bicarbonato de sodio y vinagre, y existen varios métodos. Prueba con este sencillo plan. Todo lo que necesitas es bicarbonato de sodio, vinagre, un jarro de vidrio, toallas de papel y cinta de enmascarar. Llena la jarra hasta la mitad con vinagre. Haz un agujero a través de la tapa del envase. Dobla la toalla de papel y haz que parezca una bolsa o un saquito de té. Dóblalo en las esquinas y llénalo con bicarbonato. Encinta la bolsa a la tapa. En el caso de que se desate un fuego, solamente tienes que sacudir el recipiente y apuntar hacia el fuego.

Aliviadores de incendios hechos de dióxido de carbono

El bicarbonato de sodio y el ácido producen dióxido de carbono. Un químico y físico escocés, Joseph Black, fue el primero en identificar el dióxido de carbono a mediados del siglo XVIII. El dióxido de carbono es un gas incoloro, inodoro y no combustiona.

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