Cómo funciona

La mezclilla es una de las telas más fuertes, pero también es bastante flexible. La mezclilla es producida por telares grandes que tejen y giran las fibras de algodón para juntarlas en capas de tela largas y planas que son encogidas y pintadas. Cuando la mezclilla entra en contacto con el agua, las fibras se hinchan y el tejido se afloja, permitiendo jalar y alargar la tela para ajustarla a tus curvas femeninas.

Mójalos

Coloca los jeans en el fondo del fregadero de la cocina y viérteles suficiente agua para cubrirlos completamente. Rocía 1/4 de taza de acondicionador de cabello y gira los pantalones para ambos lados en el agua para mezclar la solución. Deja remojando los pantalones en el baño acondicionador por una hora. El agua abre el tejido apretado de la mezclilla mientras que el acondicionador suaviza las hebras rígidas para simplificar la extensión.

Estíralos

Saca los jeans del fregadero y escurre tanta agua como puedas. Toma la cintura de los jeans con tus manos y jálala en posiciones opuestas tan fuerte como puedas durante 30 segundos. Mueve tus manos hacia el área superior de los muslos y jala los extremos interior y exterior de la costura de cada pierna en posiciones opuestas. Sigue bajando hasta la valenciana, jalando y manteniendo la tela estirada para cada pierna por igual. Ponte los pantalones ligeramente estirados. Abróchalos y llévalos puestos mientras caminas alrededor de la casa. Estírate, agáchate e incluso ejercítate con los pantalones puestos para moldearlos a la figura de tu cuerpo. Puede ser incómodo utilizar pantalones mojados pero, una vez que se sequen, te quedarán como anillo al dedo.

Sécalos cuidadosamente

Si tienes tiempo, déjate puestos los pantalones húmedos hasta que estén completamente secos. Esto ayudará a que los pantalones se adhieran a tus curvas, lo cual dará como resultado unos pantalones con la forma perfecta que acentuarán tu figura. Si no puedes caminar con pantalones mojados, quítatelos con cuidado y ponlos encima de una mesa cubierta con una toalla. El secado con aire permite que las fibras se sequen lentamente y mantengan su nuevo tamaño y forma.