Habla con tu gerente

Lo primero que debes hacer es hablar con el gerente que te está amenazando con despedirte. No le hables inmediatamente después de la amenaza; espera un día hasta que el enojo haya pasado, cuando las personas tienden a pensar con más claridad. Si la razón no es clara, pregúntale sobre los motivos por los cuales te despedirían. Si el gerente es impreciso, por ejemplo si dice que sería por una serie de conductas repetidas, pídele que las especifique. Habla sobre cómo se puede enmendar la relación. Quizás puedes ser reasignado dentro de la compañía a una posición en la que le des mejor uso a tus habilidades.

Habla con su supervisor

Si no estás satisfecho luego de hablar con tu gerente, habla con su supervisor, si hay alguien ocupando ese puesto. Si sientes que el gerente no tiene motivos viables para despedirte (como ser, por ejemplo, una exageración en cuanto a un pobre desempeño) explícaselo al supervisor. Puedes presentar una queja al mismo. Si el gerente superior apoya a tu gerente, aún puedes hacer algo más. Sin embargo, el gerente superior puede organizar una reunión contigo y con tu jefe para intentar llegar a una resolución cordial, ya sea que terminen trabajando en forma separada o sigan haciéndolo juntos.

Habla con recursos humanos

La mayoría de los despidos incluyen a un representante del departamento de recursos humanos y debería haber uno en la compañía. Si tu gerente se ha dirigido a ti de forma amenazante e injustificada, debes hablar con un representante de recursos humanos y presentar una denuncia. En general, la situación será investigada. El departamento de recursos humanos está allí para resolver problemas, por lo que es imprescindible que comuniques cualquier asunto a alguno de sus representantes.

No exageres

Lo peor que puede hacer un empleado es exagerar ante la amenaza de despido de parte de su gerente. Puede ser su manera de desahogarse u otra forma de sobrellevar el estrés. El peligro que puedes correr aquí es que puedes meterte en una discusión verbal con tu jefe y, con tu enojo, hacer algo por lo que podrían despedirte, como insultar al gerente o mostrar una conducta que puede contribuir a un ambiente laboral inseguro. Necesitas discutir estos asuntos más que confrontar.