Cómo limpiar anillos de oro blanco

Las joyas de oro blanco son hermosas cuando están limpias y brillantes, especialmente cuando son nuevas. Los anillos de este material son particularmente susceptibles a los elementos que producen la disminución de su brillo, como los aceites corporales, las lociones para la piel, el jabón para las manos y los detergentes para vajilla. No todos se sacan sus anillos cuando se bañan, limpian la casa o trabajan en el jardín y por eso estos comienzan a perder su lustre. Pero el brillo no está totalmente perdido, solo cubierto. Aquí aprenderás una forma eficiente de limpiar tus anillos de oro blanco cada mes.

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Extiende una toalla sobre una mesa y coloca sobre ella los dos recipientes con agua tibia. Revuelve 1 cucharadita de bicarbonato de sodio en uno de los recipientes con agua y coloca el anillo adentro del mismo. Déjalo remojarse en la mezcla de 15 a 30 minutos.

Coloca una pequeña cantidad de pasta dentífrica suave en un cepillo de dientes para niños. Saca el anillo del agua y frota suavemente todas sus pequeñas grietas y curvas con el cepillo de dientes. Si es necesario, usa un bastoncillo de algodón para llegar a todos los surcos y ranuras. Luego de limpiar el anillo, colócalo en el recipiente de agua limpia y tibia y revuélvelo hasta que esté completamente enjuagado.

Luego de enjuagar el anillo en el agua limpia, sácalo y ubícalo sobre el paño. Sécalo mediante pequeños golpes.

Usa el paño para pulir joyas para darle a tu anillo un brillo intenso. Si le queda algún resto de bicarbonato de sodio o de pasta dentífrica, usa un bastoncillo de algodón para quitarlo y luego continúa puliendo.

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