Step 1

Expulsa toda la tinta del depósito de la pluma sobre toallas de papel acolchadas, desenroscando la tapa y presionando poco a poco el pistón en la parte superior del mismo. Si la pluma fuente utiliza cartucho, simplemente descártalo.

Step 2

Agrega una taza de agua tibia en un tazón de metal y agrégale una cucharada de amoniaco.

Step 3

Sumerge la plumilla en la solución de agua tibia y amoniaco y déjala reposar durante cinco minutos.

Step 4

Presiona el pistón para succionar la solución limpiadora dentro del tubo desde la base de la plumilla hasta el depósito de tinta. Algunas plumas Parker utilizan un resorte como pistón, de manera que su parte superior debe estar doblada un poco hacia la izquierda, en el sentido de las agujas del reloj, para que se pueda presionar y para que succione el líquido dentro del depósito.

Step 5

Mantén la pluma sobre un recipiente vacío y presiona poco a poco el pistón para descargar a través de la plumilla el agua y el amoniaco dentro del tazón. Repite dos o tres veces este proceso, o hazlo hasta que el líquido que salga se vea transparente.

Step 6

Si la pluma usa cartucho, utiliza un gotero para llenarlo con la solución de agua y amoniaco, dejando reposar el líquido durante cinco minutos antes de verterlo dentro del tazón de metal vacío. Repite el proceso hasta que el líquido que salga se vea transparente.

Step 7

Deja secar la pluma al aire antes de rellenarla con tinta o instalarle el cartucho de tinta.

Step 8

Si es necesario, frota el exterior de la pluma con un paño limpio, ligeramente humedecido en agua, para eliminar cualquier residuo de tinta.