No discutas con tu adolescente

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Ya es bastante difícil ver a tu bebé crecer, pero es aún más difícil no enojarse con tu preadolescente cuando el descaro y la actitud entran en juego. Esta etapa de desarrollo puede ser difícil para los dos, pero es tu trabajo tomar la mejor decisión. Elige un enfoque más proactivo y constructivo para reforzar el comportamiento positivo, enseña habilidades importantes para la vida y pasen estos años difíciles sin necesidad de crear una zona de batalla.
Mantén la calma y respira unas cuantas veces. Sal de la habitación si es necesario y vuelve cuando estés listo. Es posible que desees gritarle a tu hijo, pero esto sólo te llevará hacia una lucha de poder. Tómate el tiempo para volver a recuperar la calma antes de abordar temas difíciles con tu hijo preadolescente. Debes estar física, mental y emocionalmente preparado, en lugar de tratar de hablar con él cuando ya estés cansado, agotado o molesto. Esto sólo empeorará las cosas y puedes decir cosas que no quieras.
Ten en cuenta que sigues siendo influyente en su vida y que necesitas ser un buen modelo a seguir. Según el sitio web KidsHealth, tu preadolescente puede responder mejor al ejemplo que des en lugar de las instrucciones que ofrezcas. Muéstrale cómo tomar el camino correcto, siguiéndolo tu mismo.
Establece reglas de la casa claramente definidas, recompensas y consecuencias. Debes ser coherente y hacerlas cumplir para que sean efectivas. Recompensas, como un subsidio para las tareas completadas, ofrecen un poco de motivación y refuerzan el comportamiento positivo, siempre y cuando pagues por cada vez. Las consecuencias, como la pérdida de los privilegios de televisión, deben ser lo suficientemente fuertes como para disuadir conductas negativas y aplicadas cada vez se rompen las reglas.
Enseña a tu hijo a comunicarse adecuadamente con los demás y la forma de resolver eficazmente los conflictos. Demuestra cómo identificar una emoción y cómo dirigirse a otra persona sin una pelea con todas las letras. Por ejemplo, si te insulta, puedes reaccionar con calma diciéndole que no aprecias ser llamado así, puede ver que algo te está molestando y te gustaría hablar de ello cuando se calme. La Academia Norteamericana de Pediatría sostiene que el comportamiento impulsivo tiende a ser un problema en todo este tiempo, por lo que es importante identificar sus señales de ira y encontrar soluciones positivas para el conflicto.
Elige tus batallas. No puedes estar de acuerdo con el pelo verde o ropas extrañas, pero este es el tiempo para la auto-exploración y experimentación. Deja que sea independiente en las cosas pequeñas y deja tus objeciones para los asuntos más importantes, como el alcohol y las drogas, sugiere KidsHealth.
Ofrece elogios y aliento con frecuencia para reforzar los comportamientos positivos y disminuir la probabilidad de una batalla cabeza a cabeza. A pesar de que ya no es un niño pequeño e incluso puede rehuir a las manifestaciones externas de afecto, sus amables palabras y gestos significan mucho. Trata de chocar las manos, dar palmadas en la espalda, sonrisas y frases que identifiquen claramente las cualidades de tu hijo y las elecciones de comportamiento. Alimenta el comportamiento positivo con halagos y palabras de aliento. Elimina los comportamientos negativos ignorándolos y negándote darles de tu tiempo y energía.
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