¿Quién es responsable de las conductas negativas de un niño?

Los comportamientos negativos de un niño normalmente se derivan de una serie de factores.

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Los padres de niños que exhiben conductas negativas pueden sentir que son culpables. Sin embargo, al explorar y entender las raíces de los comportamientos negativos de un niño, los padres pueden enfrentarlos de manera más eficaz. En la mayoría de los casos, no hay un único factor responsable. Por el contrario, estos problemas por lo general se deben a una combinación de factores ambientales y biológicos. Dado que muchos están estrechamente relacionados, los padres pueden tener dificultades para determinar por qué su hijo está portándose mal.

Abuso y negligencia de los padres

El abuso de uno de los padres o cuidador puede conducir a una serie de comportamientos negativos en los niños, según el Child Welfare Information Gateway, una agencia gubernamental que promueve la seguridad de los niños, los jóvenes y las familias. Los niños que sufren abuso físico, sexual o emocional tienen mayor riesgo de desarrollar problemas graves de conducta como la agresividad, la mentira, el robo, la intimidación y otros comportamientos antisociales. Además, los niños que son físicamente o emocionalmente descuidados pueden tener dificultades para establecer relaciones significativas y, como resultado, pueden actuar de manera agresiva.

Aprendiendo a asumir la responsabilidad

Es muy importante que los niños aprendan a ser responsables de sus comportamientos. Con el fin de lograr esto, el cuidador debe establecer límites y reglas, y debe hacer que se cumplan en forma coherente. Al establecer estos límites, los niños aprenden que con cada acción viene una reacción. Los médicos deben tener en cuenta, sin embargo, que el maltrato mental o enfermedades pueden llevar a un niño a exhibir comportamientos negativos. Y en estos casos, una lección simple sobre límites no será suficiente. Muchas veces, un niño necesitará ayuda profesional para aprender las lecciones de vida que otros niños han aprendido con bastante facilidad.

Factores biológicos

Los factores biológicos pueden jugar un papel fundamental en el comportamiento de un niño. Por ejemplo, los niños con discapacidades del desarrollo provocadas por el autismo o trauma al nacer pueden presentar comportamientos negativos específicos. Del mismo modo, las enfermedades mentales con base biológica, como el trastorno bipolar, la depresión o ciertas condiciones marcadas por la ansiedad pueden hacer que un niño se vuelva agitado y muestren comportamientos agresivos, irritables o inapropiados. En tales casos, los padres deben tratar de aprender todo lo que puedan acerca de las discapacidades de sus hijos para que puedan proporcionarles los recursos adecuados para ayudarles con los desafíos que a menudo conducen a los problemas de comportamiento.

Medio ambiente y la comunidad

La comunidad en la que reside el niño puede afectar su comportamiento, explica el Center for Inclusive Child Care, una red en línea que apoya la atención inclusiva. Los niños que crecen en comunidades marcadas por la violencia, la pobreza o el abuso de sustancias pueden actuar en respuesta a los factores de estrés medioambientales que puedan estar experimentando. Del mismo modo, suelen imitar las conductas de los adultos, ya que presenciar la violencia, la agresión o el abuso de sustancias puede llevarlos a imitar esos comportamientos. Son especialmente propensos a imitar las conductas de sus padres, por lo que establecer un buen ejemplo a través de las habilidades de resolución de conflictos y el lenguaje adecuadas puede ayudarles a aprender habilidades sociales apropiadas.

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