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Quita la boquilla de la parte superior de la lata. Debes quitarla con la mano, pero con cuidado. Utiliza las pinzas si es necesario.

Llena la tapa de la lata con el diluyente de pintura. Luego, deja en remojo la boquilla allí dentro durante tres o cuatro horas. Si la lata no cuenta con su tapa, utiliza un recipiente de plástico.

Usa un alfiler para limpiar la boquilla, desde el extremo de su salida hasta la conexión con la lata. No insertes el alfiler dentro de la boquilla cuando la pulverización esté saliendo, ya que podrías dañarla.

Con la ayuda de un cepillo o de una esponja dura y diluyente, frota la salida de la boquilla para limpiar la pintura vieja.

Enjuaga la boquilla dentro del diluyente de pintura para eliminar cualquier partícula que pudiera haber quedado al limpiarla.

Coloca la boquilla dentro de un recipiente de aceite lubricante. Rocía aceite a través de ella para eliminar los residuos que queden. Luego, vuelve a colocar la boquilla en la lata de aerosol.