Step 1

Lava el muro de hormigón con un lavador a presión ajustado a 2.000 psi. Este paso eliminará la suciedad, grasa o polvo, lo cual permitirá que el sellador se adhiera mejor al bloque de cemento. Usa agua simple para los muros nuevos o relativamente limpios, pero agrega detergente en el lavador a presión para las paredes que parezcan grasosas o que contengan depósitos de eflorescencias. Raspa las partículas difíciles de eliminar con una espátula a mano o con un cepillo.

Step 2

Inspecciona las juntas de mortero y repara cualquier mortero flojo o dañado. El mortero acrílico premezclado está disponible y se seca rápidamente. Sigue las instrucciones del fabricante y parchea o reemplaza el mortero, según sea necesario.

Step 3

Imprime la pared de bloques, usando una imprimación de relleno para un bloque acrílico y aplicándolo con un rodillo de pintura. Esta capa sellará los poros en los bloques de hormigón, ayudando a que la capa final de pintura se adhiera mejor y resista la peladura. Aplica la imprimación a las juntas de mortero también.

Step 4

Sella todas las grietas en el muro de hormigón con masilla elastomérica, siguiendo las instrucciones del fabricante. Utiliza un cordón de espuma de respaldo en las juntas de dilatación, colocándolas detrás de la masilla, de acuerdo a las instrucciones del fabricante.

Step 5

Aplica una o dos capas superiores de la pintura del color deseado. Utiliza un pulverizador de pintura eléctrica y luego despliega rápidamente sobre la superficie con un rodillo de pintura. El mejor tipo de pintura para las paredes exteriores de hormigón es la pintura elastomérica. Para las paredes interiores, utiliza un brillo o semi-brillo para un mantenimiento más fácil.