Signos de un niño emocionalmente perturbado

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La perturbación emocional es una condición que a veces puede emular la depresión en los niños, y es reconocida por el U.S. Department of Education como una discapacidad educativa. Hay varios indicadores de comportamiento y emocionales de que un niño está perturbado emocionalmente, y es esencial que los padres y maestros vigilen a estos niños de cerca para determinar si los síntomas indican otras condiciones graves.
Comportamiento agresivo
Un niño que está emocionalmente perturbado probable exhiba un comportamiento agresivo, y a menudo trate de herir a los demás. De acuerdo con el Sevier County Public School System, la agresión es el síntoma que se observa con mayor frecuencia en los niños en este estado. Una acción del niño a menudo implica golpear o patear a otros estudiantes, levantarse de asientos asignados, incluso después de haber sido instruido repetidamente para permanecer sentado, y robar objetos de otros estudiantes o del escritorio del profesor. Aunque el comportamiento agresivo de vez en cuando podría ser simplemente una señal de que un niño no está contento con un incidente aislado como mudarse a una nueva escuela o dar la bienvenida a un nuevo bebé, este síntoma se considera un trastorno emocional cuando se lleva a cabo durante un período prolongado. La edición de enero de 2010 de la revista Journal of Clinical Child and Adolescent Psychology también afirma que a menudo los niños abusados experimentan trastornos emocionales y los muestran a través de acciones agresivas, mientras que las niñas se comportaron igual de agresivas como los que no habían sido objeto de abusos, los niños que fueron abusados eran 50 por ciento más propensos a meterse en peleas, romper objetos y responder con dureza a las reprimendas.
Cambios en el apetito
Cuando un niño comienza a comer más o menos de lo normal, esto podría ser un indicio de un trastorno emocional, de acuerdo con el Anne Arundel County Public School System. Si este cambio significativo en los hábitos alimenticios de un niño comienza a afectar su rendimiento educativo, el síntoma se considera un signo de un trastorno emocional. Por ejemplo, la mala nutrición afecta la capacidad del niño para concentrarse y absorber la información. Si un estudiante joven está comiendo con demasiada frecuencia, puede interrumpir la clase demandando alimentos. Los niños pueden recurrir a la comida en busca de consuelo o evitar comer si han perdido el interés en el momento de la comida. Esto también podría ser un indicador de depresión. De nuevo, si los cambios en el apetito del niño se vuelven constantes, esto significa que está emocionalmente perturbado y que es necesario que reciba consejería o tratamiento.
Calificaciones bajas en los exámenes
Cuando las calificaciones de un niño son significativamente más bajas en las evaluaciones diseñadas para medir la aptitud y la comprensión adecuada a la edad, esto puede señalar un trastorno emocional. El Sevier County Public School District afirma que sólo el 30 por ciento de los niños con trastornos emocionales pasan las pruebas de rendimiento a nivel de grado en un nivel medio. Los datos recogidos por el distrito escolar también afirman que en la Florida el 50 por ciento de estudiantes no fueron capaces de superar una prueba funcional y el 75 por ciento de los adolescentes con trastornos emocionales no pasaron la prueba de competencia matemática de la escuela secundaria. La U.S. Office of Education estima que alrededor del 2 por ciento de la población estudiantil sufre de trastornos emocionales y son propensos a estas bajas calificaciones.
Pérdida de energía e interés en las actividades
Un niño que está constantemente cansado y ya no quiere participar en actividades que antes disfrutaba puede estar experimentando estos síntomas a causa de trastornos emocionales. Cuando este letargo o falta de interés afecta el rendimiento académico y no se pueden atribuir a una condición de salud o depresión clínica, es un signo de un trastorno emocional. Un niño que exhibe esta aversión constante a las actividades interactivas, como deportes o artesanías, o que siempre se queja de fatiga probablemente exhibirá un comportamiento retraído y perderá el interés en jugar o hablar con otros estudiantes. Este signo de perturbación emocional también podría ser un signo de autismo, así que es mejor visitar a un asesor de conducta con tu hijo para que sea evaluado en mayor profundidad y se pueda determinar el tratamiento.
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Referencias
Sobre el autor
Tamiya King has been writing for over a decade, particularly in the areas of poetry and short stories. She also has extensive experience writing SEO and alternative health articles, and has written published interviews and other pieces for the "Atlanta Tribune" and Jolt Marketing. She possesses a Bachelor of Arts in English and is currently pursuing higher education to become a creative writing professor.
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